lunes, 30 de junio de 2014

Pasión

Victor Gonzales una de las personas que me han demostrado más pasión en su vida laboral y en sus objetivos, te dejó un artículo escrito por mí, basado en la palabra que me diste-Escrito el 29 de mayo de 2014.

PASIÓN

¿Quién no necesita la pasión en su vida? La necesitamos como una bebida energética al despertarnos. Sin la pasión necesaria, no lograríamos trabajar y lograr los objetivos ni tampoco conservar un amor o cuidar a la familia.

La mayoría de personas solo considera que existe la pasión que se le dedica a la pareja, pero existen otros tipos, igual de profundos para sentirse apasionado.

La pasión, por común acuerdo, nos mantiene activos en algunos ámbitos: Amor, deseo, gozo, odio, aversión y tristeza. Estos ámbitos incluyen todo en nuestra vida: las metas, el arte, la creatividad, el trabajo e incluso la muerte.

Es obvio que todos tenemos distintos receptores de nuestra pasión, pero la duda surge cuando nosotros decimos que ya no tenemos la pasión para continuar. ¿Cómo recuperar la pasión perdida? Buena pregunta.

La pasión perdida es la enfermedad que supera en infectados al estrés. Si perdemos la pasión en lo que hacemos, sea cual fuera la acción que realizamos, perdemos el sentido y el gusto por dicha actividad. Muchos expertos indican que una vez perdida la pasión, se debe ubicar otra fuente más poderosa.

Si se quiere comparar la pasión con alguna reacción biológica, sería conveniente asemejarla con la adrenalina. La adrenalina nos permite movernos para luchar o huir al temer. Pero a diferencia de la pasión, una de las reacciones incontrolables de la adrenalina es la parálisis completa.

Entonces, si la pasión es una emoción, ¿cómo volver a sentirla? No se puede duplicar las condiciones que crearon una emoción. La pasión, al igual que la mayoría de los sentimientos que duran, es fruto de una decisión constante de no perderla. No hay manuales al respecto (ni siquiera en los poemas más románticos o eróticos).

En los casos en los que se pierde la pasión, debemos ubicar esa “electricidad”, a falta de una mejor palabra, para recargar nuestra motivación. De eso depende nuestro éxito y confort.

Sabiendo eso, queda preguntarnos ¿por qué perdemos la pasión, si se trata, de una decisión? La respuesta más rápida sería echarle la culpa a la rutina. Pero considero que eso es una excusa, pues la vida está llena de rutinas que se repiten más de una vez. El punto es saber cómo hacer interesante la rutina. Lograr ese cometido es de lo que realmente trata la pasión.




BYE


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