viernes, 29 de agosto de 2008

Una semana después del Intento de asalto

"Contra la pared, buscando alguna salida y con una expresión de terror en el rostro, esa clase de terror que te paraliza, se encontraba el joven peruano que horas antes había disfrutado del espectáculo de Dominic. Frente a él, se encontraban dos hombres. Uno de ellos cargaba un revólver. Su expresión llena de impaciencia..."



Nunca me imaginé, al momento de escribir esas líneas para mi historia Zodiac, que sería tan atemorizante estar en esa situación. ¿Quién podría haberme advertido alguna vez que lo que escribí podría convertirse en realidad?



La noche del sábado 23 de agosto, estuve por Sagitario, Surco. Buscando una calle para recoger unos documentos. La calle estaba desierta. La dirección fue dificil de encontrar, tanto así que ni los drivers de las pollerías locales daban con ella. Saliendo de la casa de la persona, quien se negó a firmar los documentos que se pedían, Raúl y yo nos dirigimos hacia la esquina para comer algo.



Sorpresivamente, aparecen 2 tipos. Uno de ellos con un revólver. "Conchatumadre, ven para aca". La adrenalina tomó control de nuestros cuerpos. Raúl, a quien yo sólo acompañaba, se paralizó. Yo sólo atiné a decirle "¡Corre!" Asumo que los asaltantes no se esperaban esa reacción, ni mucho menos que dieramos la alarma con gritos agudos (alguien de seguro ha notado la potencia de mis gritos y no me dejará mentir: Son irritantes). Los vecinos salían por las ventanas y buscaban la fuente del chisme fresco.



Al momento de correr, nos tropezamos y caimos al suelo. Habrá sido la impresión o la sorpresa, pero los asaltantes no nos siguieron. Es más al ver tanto rostro mirando alrededor (según me dice Raúl que pudo ver hacia atrás), huyeron de la escena.



Todos en la calle preguntando por lo ocurrido. La seguridad por esa zona es nula. La misma dueña de la Botica que nos resguardó nos aseguró que no eramos los primeros. Es enervante la calma con la que algunos hablan sobre estos hechos, como si fuesen el pan nuestro de cada día.



Esperamos, con los nervios destrozados y unos moretones en las rodillas, la presencia de Serenazgo, quienes no hicieron mucho que digamos. Habían tiempos en los que ellos se procupaban por vigilar más seguido o incluso ayudar a llegar a una avenida principal a las victimas de un siniestro, pero esas épocas terminaron. Lo único que hicieron fue esperar a que tomaramos un taxi, el cual lo tomamos dudosos, con destino a mi casa.



A pesar que hemos corrido un riesgo enorme al correr y gritar, tengo que agradecer a Dios que no nos ha pasado algo a parte del susto y los golpes de las caídas. Hemos podido perecer. Pero la pregunta: Realmente nos hubieran disparado o sólo era para asustarnos. Creo que prefiero no saberlo...



Bye!

martes, 12 de agosto de 2008

Cuentos de no tan hadas Primera Parte: CENICIENTA



Todos hemos crecido con la versión "oficial" de los mal llamados cuentos de hadas, en los que el villano es el estereotipo de algo muy trillado, la temática es repetitiva e incluso las moralejas pecan de obvias. Pero, ¿se han puesto a mirarlos desde otros puntos de vista?

Por ejemplo, un amigo mío me hizo caer en cuenta en algo sobre Cenicienta. ¿Recuerdan que el Hada Madrina le dice que todo desaparecerá a las 12 de la noche? Así ocurrió con el carruaje que era calabaza, con los caballos que eran ratones, con el vestido que fue harapos, pero por qué no desaparecieron los zapatos de cristal? O es que Cenicienta estaba bajo el efecto de alguna droga que distorsiona la realidad, cuyo efecto se acabó al sonar la doceava campanada? Hablando del dichoso zapatito, se supone que estaba hecho a la medida ¿verdad?, sin embargo, se le queda en la escalera durante su graciosa huida. ¿Es que aun así el zapato era grande para ella, por más de tener el tamaño de una Barbie?

Por otro lado, ¿qué príncipe está dispuesto a repartir la mitad de su reino (aquellos acuerdos prenupciales no existían) con una completa desconocida (sin tener resultados del VIH), cuya más resaltante virtud era poder bailar cómodamente con zapatos hechos de cristal, material excesivamente resistente para soportar el peso de un humano? Mis teorías: O el príncipe era gay y necesitaba a Cenicienta para pantalla, o es que recibió una amenaza de ser desheredado por parte del rey si es que no encontraba a alguien que lo soporte? Total ese era el objetivo inicial del baile.

Si nos vamos contra las hermanastras podemos preguntar ¿no existían los matrimonios arreglados? Que yo recuerde la madre era una especie de dama (una muy frígida, pero dama al fin). Es más tan insoportables eran que el padre de Cenicienta murió antes de ver a su hija crecer. ¿Es acaso el príncipe tan guapo como para intentar cortarse los dedos de los pies ya que cierto zapato de cristal no es de la talla justa? No sé por qué me recuerda a Saw: " Quiero jugar un juego. Escoge vivir o morir... si quieres casarte con el príncipe debes cortarte el callo con el que pisoteas a los demás,"

El Hada Madrina era tan chapada a la antigua que no se digna a dar más permiso a su ahijada para asistir al baile tan esperado, eso es un hecho comprobado... pero de donde salieron las palabras "Salchicomula bibidi babidi boo" Con todo su poder, ¿no pudo traerle a su protegida al príncipe y aprovechar que todos estaban fuera de la casa para enseñar educación sexual en forma práctica? En lugar de eso, la manda a la misma fiesta donde su Madrastra / Jefa podría reconocerla, en un ardid para que la expulsen sin derecho a reclamo alguno en el sindicato de sirvientas...er digo hijastras buenas.

Dejando estos nobles pensamientos de lado, solo nos queda concluir que la dueña del nombre Cenicienta (bautizada así por la obsesión compulsiva de la madre por fumar y botar ceniza por todas partes), es la típica empleada que se chifa al millonario para escalar posiciones. Siguieron sus pasos: Natacha, María la del Barrio entre otras joyas...

Bye!