sábado, 7 de junio de 2014

AMAR




Uno de los primeros verbos que aprendemos a conjugar, pero el penúltimo que realmente empezamos a usar (el último solo es morir). ¿Qué significa realmente amar? Muchos escritores, desde el tiempo de la mitología, pasando por los autores bíblicos hasta poetas contemporáneos han intentado definirlo. Algunos dicen que es el poder por excelencia, capaz de vencer todos los maleficios o incluso vencer a la propia muerte.

¿Cómo una acción tan fundamental para la vida es tan difícil de aprender? ¿Acaso amar es solo un verbo más? Una acción tan peligrosa que motiva la entrega a otro ser. Los padres aman a sus hijos, los hijos aman a sus padres, los esposos se aman, los amigos se aman unos a otros, pero ¿qué ocurre cuando en lugar de amar decidimos jugar?

Tantas definiciones tan buenas en la teoría, pero en la práctica no hay instrucciones para realizar la “tarea” a manera cabal. No hay expertos en el amor. Ni Afrodita ni Cupido existieron. La Biblia nos dice que amar es ser paciente, que el amor perdona todo, que no hay amor más grande que dar la vida por los amigos, entre otras interpretaciones. Los poetas modernos y antiguos lo definen en su faceta romántica o erótica. Algunos de ellos se arriesgan a hablar de su antítesis: el desamor.

A pesar de todas las historias, todos los poemas, todos los versículos y todas las obras de arte que abundan en la cultura humana, aún no encontramos la conjugación perfecta:

·         Yo amo.
·         Tú amas.
·         Ella/Él ama.
·         Nosotros amamos.
·         Ustedes aman.
·         Ellos aman.

Todos los pretéritos, los presentes los futuros y condicionales del verbo AMAR se ven perfectos en los libros y pergaminos, pero al momento de evaluarnos, muchos hemos fallado (a veces hemos aprobado con las justas).

Todos los sabios han estado cerca de comprender el amor, e incluso han llegado a amar realmente. Sus investigaciones y experiencias se resumen en protección de otro ser, buscando todo el bienestar que se pueda obtener para el prójimo. Se define también como verbo transitivo que nos motiva a llevar a cabo otros verbos, los cuales no haríamos en situaciones comunes. El amor también es definido como el virus más contagioso, bello y “utópico”, pero más terrible que la muerte misma.

Cuando uno de nosotros aprende a “conjugar el verbo” en la práctica, se siente miedo y tranquilidad a la vez, por más que suene paradójico. Se dice que todos tenemos el potencial de amar sin medida y que la medida de la vida de un hombre se define en las estaciones de amor a lo largo de la vida. Sin embargo, no hay acción que sea más difícil iniciar.

Frases como “amar en verdad es como bailar descalzo en un rosal. Te lastimarás pero de seguro valdrá la pena” o “quien no recuerde una locura de amor es que nunca amó en verdad” son frases cargadas de fuerza latente, la cual no se activará hasta que entendamos todas las implicancias. Amar no solo es una sensación espiritual o una reacción química en nuestras glándulas. Amar suena inalcanzable, pero eso es lo que lo hace tan perfecto: porque lo que vale la pena es lo que cuesta en verdad.


Aunque nosotros los humanos seremos incapaces de definir al 100 % el amar, somos capaces de, en nuestra imperfección, ver chispazos de genialidad que nos permitirán promover la acción alejando el miedo y el dolor inicial. Es cierto, dolerá y tal vez “amar” nos obligue a llorar más de una vez, pero está en nuestro instinto o escrito en nuestros genes el conjugar de manera objetivamente un verbo tan subjetivo.

+++ARTÍCULO ESCRITO EL 25.05.14 COMO RESPUESTA AL RETO DE ROXANA BAZAN DE ESCRIBIR ALGO BASADO EN LA PALABRA AMAR

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