lunes, 23 de junio de 2025

¡Feliz Año de la Serpiente!

 Participé de un concurso de cuentos hace poco. Si bien no logré estar en los finalistas, me siento orgulloso de este pequeño cuento. Se los comparto




¡Feliz Año de la Serpiente!

En las oficinas del Zodiaco Chino, los Doce Animales Representantes (D.A.R.) tenían su reunión anual sentados ante una mesa redonda. Muy pronto se haría el cambio de administración y este año le tocaría a la Serpiente. Se debía coordinar qué labor haría cada uno, ya sea de apoyo o de oposición, porque es bien sabido que ambos son útiles en cualquier entorno. Estas reuniones siempre eran extensas y todos los años se repetía el patrón: discusiones a alto volumen, sugerencias que parecían órdenes y bromas crueles.

—Serpi, cuéntanos tus planes para este año. De hecho, harás algo para participar sin brazos ni piernas. — Se escuchó con tono burlón en medio del griterío.

—Tu broma sigue tan divertida como cuando la contaste hace doce años. Creo que debes renovar tu repertorio, Mono. Y soy “Serpiente”, no “Serpi”. — Contestó la Serpiente con la paciencia que uno usaría para explicar algo complejo a su hermano pequeño con TDAH, mientras se acomodaba las gafas sobre sus ojos azules utilizando la punta de la cola. —Acerca de tu pregunta, todo está mapeado en los pergaminos que le entregué a cada uno para que lo pudiera leer antes de la reunión y hacerlo todo más ágil.

—Pero Serpi, ¿quién lee algo en estos tiempos modernos? Usa el plan que usé yo el año pasado. Nadie negará que fue un perfecto año del Dragón, así lo tenga que decir yo. — Un poco de humo escapó de la boca sonriente del Dragón morado con cada palabra. —Además, en la broma de Mono hay algo de verdad. Todos conocemos tu discapacidad al no tener piernas ni brazos. No digo que te haga menos que los demás, solo menciono algunos hechos obvios. —el comentario pasivo agresivo fue hábilmente ocultado con el tono amable. Esto generó risas por parte del Mono y la Rata, fieles compañeros del Dragón.

— Dragón, es cierto, hiciste un buen trabajo el año anterior. Con respecto a mi carencia de extremidades, te recuerdo que una discapacidad ya no es considerada sinónimo de incapacidad. Es más, si queremos ponernos al pie de la letra con tu argumento de estar a la par con los tiempos modernos, ya no se dice ser con “discapacidad”, se dice ser con “habilidades distintas”, ya que tengo varias cosas que ofrecer a la mesa por el bien común. Y repito: es “Serpiente” no “Serpi”. —La respuesta alturada de Serpiente generó la aprobación silenciosa de Gallo y Buey, quienes afirmaban con la cabeza. —Es tiempo de renovarse, de usar más la astucia y enfocarnos en la espiritualidad. Mi plan de doce meses justo incluye esto. Sé que todos los miembros de D.A.R queremos que nuestra influencia sea beneficiosa para la humanidad, sin importar nuestras diferencias. ¿Me equivoco, querido Dragón? —La luz reflejada en sus escamas blancas le daba cierta elegancia al flexible cuerpo alargado y ese efecto daba más fortaleza a su discurso. Incluso Oveja, quien estuvo durmiendo y rumiando durante la reunión, despertó y le susurró a su vecino Caballo que era impresionante que alguien hubiera dejado callado a Dragón. El ceño fruncido y el silencio del aludido demostraban que no podía rebatir la lógica de Serpiente. Usar la carta del bienestar de la humanidad fue astuto.

La reunión continuó con relativa eficacia y eficiencia. Todos revisaron los pergaminos que contenían los planes de Serpiente. Incluso la oposición más férrea del Conejo aceptó que Serpiente tenía buenas ideas. Se dio el debate. El Perro se mostró amable y logró convencer a sus compañeros, Caballo y Tigre, de apoyar en lo que pudieran. Incluso el Cerdo, con su preferencia por vivir una vida tranquila, comprendió que, si quería descansar, debía poner algo de esfuerzo. Ocho animales votaron a favor del plan de Serpiente (el signo que presentaba el plan no votaba). Los tres votos en contra fueron los de Mono, Dragón y Rata. —No te preocupes Dragón, no lo hará tan bien como tú. Además, el traje de madera que luciste no se verá tan bien una vez que sea adaptado a su cuerpo sin patas—Rata comentó en voz baja cuando los tres animales salían por la puerta mientras los demás felicitaban a Serpiente. Nadie escuchó el comentario fuera del trío.

Habían pasado doce años, pero el liderazgo de Serpiente era tan intuitivo como lo recordaba la mayoría de los miembros de D.A.R. La logística fue encargada a Conejo, quien con su experiencia en multiplicación aprovecharía al máximo los recursos; la seguridad fue delegada al fuerte Buey y la decoración al Tigre, quien exaltaría las virtudes del año. Por su lado, Perro y Caballo se unieron para la publicidad (ese par adoraba crear estrategias marketeras para todo). Gallo había asumido el rol de mano derecha de Serpiente, supervisando los detalles operativos mientras Oveja y Cerdo estaban a cargo del elemento del año, la madera. Casi todo iba según el plan. Lo que faltaba era conseguir el apoyo de Rata y Mono, pero ambos solo se dedicaban a intentar sabotear a los demás miembros de D.A.R. con bromas pesadas. Finalmente, Dragón tenía aún pendiente la presentación del informe del año anterior. A todas las reuniones que habían convocado, Dragón llegaba tarde, justo cuando ya acababa la presentación de avances. Incluso Rata y Mono llegaban temprano a las reuniones, aunque fuera para interrumpir a los demás con chistes.

—Es que no hay sentido. Una reunión no puede durar tan poco. —Fue la respuesta que dio Dragón en la última reunión cuando Serpiente le increpó la tardanza. —Las cosas así no se están haciendo bien. —Dragón se aseguró de mencionarlo en voz alta para que todos los miembros de D.A.R escuchen. — Si vamos a hacer algo a medias o mal, no cuenten conmigo. Doy un paso al costado. Les daré el reporte más tarde y con eso me olvido. Hagan lo que quieran. — Rata y Mono intercambiaron una mirada de preocupación al escuchar estas palabras de su compañero. Dragón estaba jugando con fuego y no de la forma que estaba acostumbrado. Ningún miembro de D.A.R. podía renunciar, pero sí negarse a trabajar.

—Dragón, estamos avanzando todas las tareas que nos distribuimos. Eso se llama eficiencia. Comprendo que estés acostumbrado a hacer las cosas a tu manera, pero este año lo administro yo. Agradeceré me dejes manejarlo como lo considere correcto y nos entregues el reporte para que podamos mejorar la experiencia del año pasado. — Serpiente respondió con tranquilidad antes de abandonar la sala de reuniones. Todos menos Dragón siguieron a Serpiente para continuar con sus tareas. Mono y Rata sabían que su amigo estaba cometiendo un error, pero era mejor dejarlo solo cuando mostraba su lado más terco. El humo salía del hocico de Dragón dándole una apariencia peligrosa.

—Serpi…digo Serpiente, ¿podemos conversar unos minutos? —Rata y Mono alcanzaron al reptil blanco en el pasillo.

—Claro. Díganme, ¿en qué les ayudo? —Serpiente respondió afablemente.

—Nos preocupa Dragón. Por favor, no tomes represalias contra él. A él le gusta mucho que todo salga bien. Es bastante perfeccionista, pero no es malo. — La voz chillona de Rata hacía eco en el pasillo.

—Tranquilos. Conozco a Dragón mejor de lo que él cree. Solo necesita tiempo. Hablaré con él, pero necesito un favor de parte de ustedes. Tienen la capacidad de motivar a los demás y levantar el ánimo. Necesito que ustedes contagien a los humanos del buen humor para que se preparen para el nuevo año. Es una tarea que solo ustedes pueden hacer. Yo me encargo de Dragón, no se preocupen. — Serpiente los miró directamente a los ojos esperando la respuesta de ambos.

La serenidad que transmitió Serpiente con sus palabras logró mover algo en Mono y Rata.

—¿Nos pides ayuda a nosotros a pesar de que hemos hecho mil y una travesuras para retrasar el trabajo de los demás? — Mono se mostraba incrédulo.

—Como dije, ustedes hacen que el ánimo se mantenga elevado. Además, es un trabajo en equipo por el bien de la humanidad. — Serpiente dibujó una sonrisa sincera mientras seguía su camino. Sabía que podía contar con Mono y Rata a partir de ahora.

Habían pasado muchas horas desde la reunión y Dragón seguía en la sala de reuniones cuando Serpiente fue a buscarlo.

—Sabía que estarías aquí. Quería conversar contigo. — Serpiente se acercó a la mesa, estiró y contorsionó su cuerpo de tal forma que dos partes de este descansaran sobre la superficie de roble, simulando a una persona cruzando los brazos. — La verdad es que no depende de D.A.R. hacer un buen trabajo. Si el universo decide que será bueno o malo, escapa de nuestro control. Solo podemos trabajar duro y dar lo mejor de nosotros.

Dragón, con los ojos hinchados y enrojecidos, miró a Serpiente. — Estoy avergonzado. Tienes razón. El universo hará lo que tenga que hacer, pero yo no he sido más que un estorbo. Creo que me dolió verte con tanta decisión. Me sentí inútil.

—Hermano querido, tú me has enseñado mucho. Nos conocemos hace años y sé cuánto te preocupa que todo salga bien, pero confía en lo que me enseñaste. Es cierto, el universo hará lo que sea mejor, pero me honraría contar contigo para lo que se viene. Siempre te vamos a necesitar. No lo olvides. Mañana es otro día. Creo que debemos descansar. Conversemos para que me asesores en algunos detalles. Ha sido un día largo. — Serpiente tocó el hombro de Dragón con la punta de su cola antes de dar la vuelta para retirarse.

—Serpiente, espera. — a Dragón se le quebró la voz. Serpiente se detuvo en la puerta y volteó. — Cuenta conmigo. Perdona mi orgullo. Veo que aún tengo mucho que aprender. Creo que esto debí decírtelo hace tiempo. ¡Feliz Año de la Serpiente! — Dragón hizo un movimiento como si fuera a dar un abrazo, pero Serpiente fue más rápida. Envolvió a Dragón con su cuerpo de un modo fraternal sabiendo que muy buenas cosas se venían para todos.



lunes, 26 de mayo de 2025

SEÑALES

 

Presta atención a las señales del día cotidiano,

no vaya a ser que te pierdas de la confesión emotiva escrita en la sopa de letras.

 

Cada corazón late con distinta cadencia: mi bolero no suena igual que tu serenata.

 

Mira las señales en el aire. Las partituras se confunden en nuestra sinfonía.

El sabor metálico en tu boca…saborea la vida contenida en la sangre.

El perfume de las rosas blancas huele a muerte redentora.

Escucha la canción que el diablo y el ángel cantan en tus hombros. Tu conciencia tiene una voz sutil e infantil.

Acaricia la suavidad del cuarzo rosa.

 

Sigue las señales en el laberinto ilusorio. Te guiarán a la salida o a la entrada.

Sueños eróticos que te mantienen despierto en las noches,

 se complementan con las ovejas que contaste antes de acostarte. La vigilia te acompaña día a día.

 

Enciende la luz con cuidado. Mientras más fuerte el brillo, más grande la sombra.

 

Sigue las señales, que el misterio no te asuste.

Sigue el arco iris que aparece de noche.

No te distraigas por el arlequín que llora.

Todos los cuentos nocturnos se verán mejor durante el día.

 

Presta atención a las señales…No te pierdas el mensaje que trae aquella que cosechará.

martes, 1 de abril de 2025

Feliz Aniversario

 

 

Vida y Muerte se reunieron, como todos los años, para celebrar su unión y compañía, a pesar de sus opuestos trabajos. Era una noche de luna llena y algunas estrellas.

 

Vida decidió sorprender a Muerte. Luego de beber Ambrosía dulce, le entregó a Muerte un regalo, a pesar de haberse prometido mutuamente que este año no se regalarían. El obsequio solo tenía un moño del color de la noche. El mango de madera estaba hecho del roble más antiguo, finamente pulido. La hoja, larga y afilada estaba hecha de diamante, pero al estar trabajado por algún artesano experto, parecía emitir un brillo plateado. Se trataba de una hoz de casi dos metros de alto.

 

Las manos huesudas de Muerte sostenían el mango de la nueva guadaña, mientras Vida sonreía con inocencia infantil al observar la escena. Tenía un grabado: “Gracias por acompañarme desde Siempre. V.” Con lágrimas en los ojos, Muerte no sabía qué decir. Era un regalo impresionante, bastante personalizado. ¿Qué podría darle a Vida para que comprenda lo mucho que atesoraba su compañía? No compró nada. Revisó su túnica negra. En un bolsillo encontró envolturas de goma de mascar o de algún chocolate de leche, rico en calcio. En el otro bolsillo encontró solo una semilla, residuo de algo que había comido.

 

Silenciosamente le mostró a Vida lo que había descubierto en sus bolsillos. Sentía vergüenza. No tenía nada que dar a alguien tan importante. Vida interrumpió sus pensamientos con un grito agudo. —Muerte, es hermosa. ¡Esa semilla… es lo más bello que me has podido dar! Era lo que quería. — La euforia de Vida se tradujo en un abrazo lleno de amor por Muerte.

 

—¡Feliz Aniversario, Vida! — Susurró Muerte mientras correspondía el abrazo. En verdad, había sido un aniversario único, pues sin querer ambas se dieron un regalo desde el Alma y el Corazón.

 




lunes, 17 de marzo de 2025

Crimen y castigo

 


 

Encerré a una reina vanidosa en la casa de los espejos para que vea su cuerpo retorcerse buscando la verdad. Así envejecerá sin saber cómo se ve realmente.

Coloqué a una reina en una guillotina y le dije que cuando menos lo espere haré que caiga la navaja. Llevo años dejando caer la cuchilla y deteniendo la gravedad en el último momento.

¿Qué les parece si al lobo lo vestimos de oveja y lo encerramos con otros lobos amarrados para que lo acosen? ¡Suena divertido!

Tengo los químicos necesarios para inducir un coma perpetuo al hada oscura.

¡Asfixiemos a esa serpiente con manzanas rojas sin límite!

Según aprendí, la pureza puede ir de dos lados: pura bondad o maldad. De por sí aterra que alguien sea solo luz, pues la sombra que generaría sería enorme, pero encontrar a alguien puras sombras genera igual cantidad de preocupaciones. Por eso castigo.

Iré por la mujer que despellejó animales por la moda. Debo pensar la pena precisa para su crueldad. Tanto crimen y tan poco tiempo.

No puedo permitir que me corten el agua. Le toca el baño a cierta bruja que vivía al oeste. Otras brujas se conforman con ser ahumadas, pero esta es especial.

Luz y sombras… no me importan los matices. Si cometiste algún crimen pronto llamaré a tu puerta para castigarte. Estoy más cerca de lo que crees. ¿Sientes mi aliento en tu nuca?

 

lunes, 24 de febrero de 2025

BLOQUEO DE LECTURA

 


 

El olor a canela invadía el ambiente del comedor gracias al incienso que ardía sobre la pequeña mesa de la esquina. Una melodía instrumental con volumen medio se escuchaba y las luces de las lámparas iluminaban el centro de la mesa grande. Sobre la mesa, Demi Sagllos se preparaba para hacerse una lectura de Tarot. Habían pasado varios días desde la última vez que se tiró las cartas y ya era hora de consultar con el mazo. Colocó una copa llena con agua junto a la tela que usaría durante la sesión. Un cristal de Ojo de Tigre, piedra protectora de Leo, descansaba al lado derecho de la tela.  Todo estaba listo y Demi empezó a barajar las cartas.

 

            Luego de mezclar las cartas tres veces y partir el mazo en tres, dispuso las cartas en dos filas de siete cada una, todas ellas boca abajo. Demi tomó aire profundamente y volteó la primera carta: el As de Espadas. La lectura empezaba con una carta que aludía a la mente y a la razón. Demi tenía suficiente práctica como para no emocionarse con una sola carta. La lectura debía ser completa. Volteó la segunda carta, luego la tercera y así siguió hasta la decimocuarta y última carta. Era una secuencia ordenada del palo de las espadas, del As al Rey, todas en su posición regular. Eso es improbable, tanto desde el punto de vista práctico como desde el matemático, luego de haberlas mezclado tan bien. No podría leer esta tirada. Tal vez se equivocó sin darse cuenta al barajar. No había tiempo para pensar mucho en eso. Su hijo la reclamaba en la habitación de juegos. Ya podría revisar lo que ocurrió cuando el niño de nueve años se haya dormido. Recogió las cartas y las guardó.

 

            A la media noche el esposo e hijo de Demi ya estaban dormidos. Demi estaba cansada, pero su curiosidad podía más. Tenía que reintentar leer las cartas. Volvió a barajarlas. Su fiel y confiable mazo Raider -Waite estaba desgastado por el uso, pero eso es lo que lo hacía especial. La había acompañado desde que empezó a aprender la simbología y los arquetipos de los arcanos mayores, así como los significados ocultos de los menores un año atrás. Esta vez usaría otro tipo de tirada. Se decantaría por la Cruz Celta[i], una formación clásica entre lectores del Tarot en la cual colocas diez cartas en un orden específico para responder determinadas preguntas. Colocó las cartas boca abajo en la distribución que conocía tan bien y fue volteando una a una. El resultado de hace unas horas se repitió, con la diferencia que ahora era el palo de Bastos. Tratando con poco éxito de conservar la calma, Demi fue al cajón donde guardaba su material esotérico y sacó un mazo de Tarot más reciente, el cual usaba como repuesto. Barajó las cartas y las partió. Volvió a armar la Cruz Celta concentrándose en la pregunta ¿Por qué siente el bloqueo? Las cartas salieron nuevamente en orden ascendente mostrando el palo de los Oros. Es imposible que tres tiradas consecutivas con distintos mazos salgan así. Cogió el celular y marcó el número que necesitaba.

 

—Disculpa la hora. Necesito verte a primera hora. Ha ocurrido algo con mi Tarot y ya me siento asustada. —Demi lanzó las palabras de manera apresurada a su interlocutor no presente.

 

***

            Demi se encerró en su cuarto a oscuras, víctima de una migraña que incluía visión borrosa. Decidió tomar una pastilla y una manzanilla para intentar descansar. Su esposo estaba en el trabajo y su hijo aún tenía un par de horas en el colegio. No podía dejar de pensar en lo que le había dicho su maestra en Tarot. Había ido a visitarla temprano, llevando sus dos mazos de Tarot para mostrarle lo que le preocupaba. Su maestra la recibió y escuchó lo que Demi tenía que contarle. No podía creer hasta que vio la tirada que hizo Demi. Nuevamente fue un conteo ordenado del As al Rey, pero con el palo de Copas. Dejaron de lado los mazos de Demi y su maestra sacó su mazo. Le pidió a su alumna que las barajara para recibir una tirada. La maestra tiró las cartas usando la distribución del Zodiaco[ii], en la cual cada posición representa una característica de un signo zodiacal. El resultado fue nuevamente una numeración del uno al doce, bajo el palo de la Espada. En verdad era imposible ese tipo de resultados.

 

Sin perder tiempo la maestra barajó las cartas y realizó una nueva tirada para ella misma, usando la distribución de la Cruz Celta Tradicional, la misma que Demi había intentado la noche anterior. Su resultado tenía coherencia: En la posición uno le salió el Cinco de Oros, en la segunda posición el Caballero de Copas, seguido por La Emperatriz, El Carro, el Siete de Bastos, el Tres de Oros, el Cuatro de Espadas, el Ocho de Bastos, La Estrella y finalizando en la décima posición con el Tres de Copas.

 

—Solo había leído sobre esto en algunos escritos antiguos. Pensé que solo era teoría, pero veo que no es así. —la maestra explicó. —Tienes las energías bloqueadas. Como sabes el Tarot es un espejo de tu ser en este momento y para que te salgan esos resultados tan raros es que hay algo que bloquea tu sensibilidad ya sea en la mente, la acción, las emociones o en lo material. Sugiero descanses unos días del Tarot, mientras yo investigo más a fondo.

 

            Luego de revivir en su mente por enésima vez lo ocurrido en la mañana, sintió como la somnolencia causada por la pastilla atacaba poderosamente sus sentidos. Debería dejarse vencer por los efectos relajantes. Solo un rato…solo un momento de sueño…solo…

 

            Demi se transportó a un espacio tranquilo, con nubes violetas adornadas con amarillo. Volaba mientras oía música de Enya. Las setenta y ocho cartas volaban a su alrededor, formando un espiral, como si intentaran protegerla. Comprendió en ese momento que estaba teniendo un sueño lúcido. Siempre disfrutaba cuando tenía conciencia onírica porque esos sueños eran los que más le hacían aprender. Sus gafas reflejaban el rápido movimiento de los arcanos mayores. Una suave brisa acariciaba los rulos de su cabello oscuro matizado con algunas canas elegantes.




 

            Las cartas siguieron su vuelo, como si fueran aves y guiaron la mirada de Demi hacia una puerta de madera sobre una nube especialmente grande. La puerta le parecía conocida. Los detalles de metal negro a modo de manijas le movían la nostalgia. Era la misma puerta que tenía en la casa de su infancia. Se acercó a la nube. Lágrimas alegres invadían sus ojos cafés.

 

            La pesada puerta de madera, que parecía ser hecha en cedro, se abrió para recibirla. Una luz cegadora la recibió de improviso. Mientras el brillo disminuía, se seguía escuchando el viento cortado por las cartas del Tarot volando. La melodía de Enya se escuchaba más lejana que cuando estaba fuera de la puerta. Sentía un aroma a milanesas y papas fritas. Su vista se acostumbró a la iluminación y cuando se aclaró todo, pudo notar la decoración de la casa de sus padres: el cuarto de su hermano a su izquierda, el cuarto de sus padres y el de su hermana a la derecha y el que vendría a ser el suyo propio al otro lado del pasillo. Por el pasillo estaba la cocina y luego la sala y el comedor antes del jardín interno. No había duda. Estaba soñando con el lugar más seguro que había conocido, en el cual había vivido hasta ser joven adulta.

 

            Caminó por la casa hasta llegar a la sala, absorbiendo cada recuerdo marcado en la pintura blanca de las paredes, en aquella grieta que nunca se reparó, en esa mancha en el piso o en el metódico orden de los cojines del sofá. Respiró el olor del césped que entraba por la puerta de vidrio abierta.

 

            —Demi, bienvenida hijita. ¿Quieres que te prepare algo?

 

            Demi reconoció la voz de inmediato, a pesar de no haberla escuchado hace años. Lentamente volteó y la vio. La voz delicada y alegre de su madre, Ana, provenía de una mujer menuda, con corte de cabello pequeño y una sonrisa que llegaba a sus ojos por lo sincera. Vestía un mandil de profesora y a modo de accesorio se había colocado unas gafas de broma sobre su cabeza. Antes de cualquier reacción, Demi escuchó una voz masculina y grave que venía de la puerta de la cocina.

 

            —Demi, tu mamá te hizo una pregunta. —dijo su padre Manolo.

 

            Demi corrió a abrazar, primero a su madre y luego a su padre, quien vestía un par de jeans y una camisa a cuadros. En el piso de la cocina Manolo había dejado un inflable, de los que se usan en las piscinas, con forma de cocodrilo. Demi ya se había acostumbrado al sonido de las cartas, al punto de ya no sentir el ruido del aire, mientras flotaban al ras del techo formando un halo, girando a velocidad media.

 

            —¡Los extraño tanto! — Demi logró decir con la voz entrecortada mientras ambos padres se sentaban en el sofá y le indicaban que los acompañe.

 

            —Siempre estamos contigo. Por eso quisimos visitarte. Hemos notado que te preocupan muchas cosas. — Ana dijo en voz baja mientras acariciaba el cabello de Demi.

 

            Sin filtro alguno, Demi comenzó a derramar todas sus preocupaciones: la casa, el hijo, la plata y su salud. Con amargura amorosa les recriminó a sus padres el por qué se fueron. Ella lo entendía, pero era el momento de desahogarse. Manolo le tomaba la mano durante toda su verborrea. A pesar de su edad, Demi volvió a sentirse como una niña.

 

            El tiempo perdió toda importancia. En el sueño pudieron haber pasado horas o años. Demi sabía que las reglas oníricas eran distintas al mundo real y sabía que en algún momento debía despertar, pero por ahora solo quería disfrutar. Se sentía liberada mientras compartía un cómodo silencio con sus padres.

 

—Demi, tu madre y yo debemos irnos, pero queremos dejarte con alguien que hace tiempo quiere reencontrarse contigo. — Manolo se puso de pie y le extendió la mano a su hija para que lo acompañe por el pasillo.

 

Caminaron hasta llegar a un espejo de cuerpo entero. Ana abrazó a su hija para despedirse y caminó hacia la cocina, desvaneciéndose lentamente. Manolo le dio una última indicación a su hija.

 

— Demi, estamos muy orgullosos de ti. Gracias por darnos un nieto tan bello. No debes cargarte tanto. Solo te bloquearás más. La persona que verás te ayudará, solo si la escuchas y haces lo que te dice. Ni tu madre ni yo podemos acompañarte, pero recuerda que siempre estamos contigo. — Manolo le dio un beso en la mejilla a su hija y caminó hacia el jardín, desvaneciéndose al igual que Ana. Demi aún sentía la presencia de ambos, aunque ya no los veía.

 

            Se acercó al espejo. Tenía miedo de lo que vería, pero confiaba que sus padres nunca la pondrían en peligro. Su reflejo la recibió. Inicialmente se mostraba con los rulos despeinados y las gafas que cubrían las arrugas en sus ojos, pero poco a poco, el sonriente reflejo fue rejuveneciendo. Su atuendo cambió. Vestía una falda larga color azul, un moño ajustado recogía su cabello y estaba descalza, recordando las épocas juveniles en las que Demi bailaba Marinera. Su niña interna salió del espejo y le tomó la mano. La mirada amorosa de la niña no mostraba ni una onza de tristeza o decepción. No juzgaba a Demi, para su propia sorpresa.

 

            —Demi, quería tanto verte. Me tenías olvidada, pero no te culpo. Déjame leerte las cartas. — La pequeña Demi extendió su mano izquierda, la más cercana al corazón, y las cartas, que no dejaron su vuelo, fueron a reposar sobre su palma.

 

            Una mesa redonda apareció de la nada junto a un par de sillas. Ambas se sentaron a la mesa. Demi adulta miraba como su contraparte barajaba con maestría las cartas varias veces.

 

            —Esta tirada se llama el Paso Seguro[iii]. La primera posición representa al viajero, en este caso, tú. La segunda es la razón del viaje y la tercera es el camino recorrido. La cuarta posición representa el camino por recorrer, la quinta los obstáculos, la sexta la fortuna y la última posición, el destino. Tiene forma de una estrella. — la pequeña Tarotista explicó antes de empezar a tirar las cartas.

 

            Demi sabía que debía concentrarse en la pregunta que quería hacer, para que la lectura sea precisa, digno reflejo de su ser. Se sentía preocupada. ¿Y si en sus sueños se repitiera la situación de bloqueo de lectura que en su mundo real? Temía que volviera a ser una lectura sin sentido.

 

—Eres la Reina de Espadas: realista, franca y sin rodeos. Buscas en tu viaje equilibrio con la carta de la Templanza. Has tenido una vida llena de imprevistos que te han obligado a reconstruirte como la Torre. Eres una mujer que no se rinde; la carta de la Fuerza es tu camino por delante. Los obstáculos se representan con el Tres de Espadas: penas, dolor y desconfianza. Tu fortuna es el Diez de Copas: apóyate en la felicidad que tu familia te da y disfruta de la armonía que vendrá para tomar tus decisiones. Tu destino es El Mago: potencial de hacer realidad todos tus deseos. Te han salido unas cartas interesantes. — La voz preadolescente de Demi dejaba notar la alegría que le daba esa interpretación. Se escuchaba a lo lejos un sonido agudo. Un timbre. —Es momento de despertar. Creo que te están buscando. No olvides visitarme de vez en cuando, Demi.

 

            Demi despertó en su cama, relajada y con un nuevo propósito. El timbre no era en su casa, sonaba desde la puerta vecina. Había dormido solo una hora. Todavía tenía tiempo antes que llegarán su esposo e hijo. Cogió su mazo de cartas y las barajó trece veces. La primera carta que salió fue El Loco: un nuevo viaje empezaría, pero para continuarlo debía aplicar lo aprendido para no bloquearse. No iba a ser fácil, sin embargo, se sentía animada a intentarlo.

 

 

 

 

           



[i]  Cruz Celta Tradicional:




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[ii] Zodiaco:

 



 

[iii] Paso Seguro (Lectura Demi)




 



 El arte de Demi fue realizado por Nady Maguiña

 

 

 

 

 

 

 


 

martes, 14 de enero de 2025

Inteligencia, Empatía y Fuerza

 


 

El conocimiento se cultiva sin miedo a desaprender, utilizando la experiencia para ponerlo a buen uso, mientras se potencian las aptitudes naturales que Dios nos regaló. Sin embargo, la inteligencia sin humildad nos ciega a lo que nos rodea. La arrogancia y soberbia nos hacen pensar que somos infalibles y mejores que los demás. Recién cuando aceptamos escuchar los distintos puntos de vista es que podemos crecer: “La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.” (Proverbios 29, 23). Se dice que es más fácil perdonar a aquel que está equivocado que perdonar a aquel que tiene la razón. La ignorancia es peligrosa, es por eso por lo que no debemos dejar de aprender. “Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.” (2 Pedro 3, 18). Si enfocamos lo anterior al desarrollo humano, sería conveniente asociarlo con la mente.

 

Por otro lado, la empatía y la compasión se asocian al corazón y son las capacidades, respectivamente, que nos permiten ponernos en el lugar del otro y tener la intención de aliviarle el dolor o sufrimiento. “Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia” (Colosenses 3,12). Pero la empatía sin responsabilidad puede ser dañina para nosotros mismos ya que la compasión no significa descuidar el bienestar propio. El capítulo 22 de Mateo y el 12 de Marcos mencionan que se debe amar al prójimo como a uno mismo, es decir, se debe tratar a los demás con la misma benevolencia que tenemos reservada para nosotros sin reemplazarnos. Poniendo un ejemplo del mundo, cuando viajamos en avión nos explican que, ante problemas en la cabina, debemos colocarnos a nosotros mismos la mascarilla para respirar antes de ayudar a otros. No podremos cumplir el plan que Dios tiene para nosotros si nos hacemos héroes o mártires porque suena bonito. El amor de Dios es para todos y si no respetamos nuestra propia existencia, con sus necesidades y debilidades, no estamos en la capacidad de ayudar a otros. Otro ejemplo se da cuando tenemos un rol o servicio que cumplir, pero decidimos priorizar el apoyo a otros roles. Ayudar solo por ayudar no es productivo. Esto no quiere decir que abracemos el egoísmo, solo significa amar al otro como nos amamos a nosotros (ni más ni menos).

 

En tercer lugar, menciono la fuerza, que se asocia a la acción evangelizadora. No obstante, la fuerza se anula si no tenemos perseverancia en el Señor. Es muy fácil mostrar fortaleza cuando las cosas son buenas, pero cuando se presentan los problemas o pruebas más exigentes es cuando la perseverancia en Dios nos hará vencedores. “Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh, Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.” (Jueces, 16,28). Si nos rendimos cuando vienen el fuego y las aguas no podremos desarrollar nuestro potencial como Dios lo desea. Muchas veces dependemos solo de nuestra capacidad física pero no entrenamos la resiliencia ni la perseverancia en el Espíritu. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41, 10). La fuerza aumenta en estos momentos de perseverancia. Si lo comparamos a un gimnasio, nosotros aumentamos el peso que podemos cargar poco a poco, no empezamos de golpe con el máximo peso. Debemos conocer nuestras limitaciones y perseverar. Me gusta asociar esa fuerza con el entusiasmo que tenemos al iniciar algo nuevo.

 

En resumen, para cultivar estos dones debemos templarlos:

El conocimiento sin humildad nos deja ciegos.

La empatía sin responsabilidad nos puede auto lastimar.

La fuerza sin perseverancia nos hace perdedores antes de empezar la carrera.

 

Dios en su inmensa sabiduría quiere que cumplamos nuestros objetivos de mente, corazón y acción. Sé que suena a ficha técnica, pero aplica a la vida. Dios quiere que seamos felices y para eso únicamente nos pide que nos dejemos amar por Él y que crezcamos bajo su cuidado. Por eso no temamos a buscar el conocimiento, a mostrar compasión y a fortalecernos día a día.

 

 

BALANCE 2024

 

Metamorfosis es la palabra que resume mi 2024. He tenido un año lleno de cambios, con los que he revaluado mucho mi existencia a mis 42 años: me puse a pensar qué es lo que realmente quiero para mí. Por salud mental, debí asumir más mi egoísmo para estar tranquilo. He podido reafirmar mis talentos más poderosos, así como aceptar humildemente mis debilidades, tanto las que puedo fortalecer como las que no.

He podido abrazar un misticismo que siempre he tenido dormido en mi interior. Pude cumplir con mi reto de lectura y sanar algunas heridas del pasado. Todo cambio fomenta una acción, en mi caso estoy en la etapa de aprender y asumir. Como muchos sigo siendo un WIP (Work in Progress).

Las decisiones que tome en este momento tendrán gran implicancia en mi futuro. Es cierto que dicen que un empujón llega de improviso. Tengo fe que mi camino se irá desbloqueando con cada paso. Sigo en este juego de rol que llamamos vida.

Es momento de hacerse responsable de uno mismo con todas mis virtudes y mis defectos. Es momento de luchar por los sueños que dejé en coma, le joda a quien le joda.

 

domingo, 12 de enero de 2025

El Camino

 


 

Me intoxiqué, sin darme cuenta. El veneno invadió mi cuerpo, mente, corazón y espíritu. Conseguí el antídoto antes que fuera demasiado tarde: la mezcla de sangre, sudor, lágrimas y miel me sanó.

 

El himno de amor propio se mezcló con las notas en las voces de quienes me aman. Un escudo protector para evitar calcinarme en la rutina impuesta y heredada.

 

Mis miedos me invadieron. Trajeron fantasmas, antiguos y nuevos, para atormentarme. Me reclamaban. Deseaban castigarme por mis errores cometidos. El dolor del rencor sin perdonar es intenso.

 

Soy el viajero en búsqueda de lo que me hace falta. Dejo atrás lo que fui obligado a perder. Sobreviviré a los obstáculos por lo que se viene: potencial sin activar. Cambios milagrosos me esperan. El destino final del viaje será momento de renacer. Es momento de aceptar lo que siento.

 

La vida es un círculo. El tiempo es una ilusión. Conseguiré el premio. La tierra se fertiliza con mis lágrimas y la vida nace después de la muerte. Los sueños necesitan trabajo y pasión. Nadie está solo en su camino.

 

Recargaré mi espíritu cansado. Haré estallar mi potencial como una super nova y sobreviviré al hoyo negro que decidió acecharme. Me haré invencible. Yo soy mi más grande enemigo y mi más valioso aliado.

 

Esta prisión tiene reglas conocidas. Así que debo dejar mis cadenas atrás. Quien seré me recibirá si caigo. Las fases de la luna me guiarán en este camino.

 

 

Tolerancia al veneno

 


 


Los seres humanos manejamos distintos niveles de tolerancia a las toxinas y, como dicen por ahí, lo que no te mata te fortalece. Pero ¿qué tan alta debe ser nuestra tolerancia a la toxicidad?

 

Soportamos el veneno, muchas veces superando nuestros límites, porque nos hemos acostumbrado a respirar y beber la ponzoña. Llega un momento en el que debes decir “ya basta”.

 

Estamos tan adecuados al veneno que no queremos aceptar cuando ya nos perjudica la salud. Las clases de desechos tóxicos que permitimos nos rodeen son variados: actitudes pasivo-agresivas, comentarios desatinados, opinar de cómo vive otra persona, amenazas contra la reputación, subestimación, sentimiento de culpa, etc. El mejor antídoto es quitarse eso de raíz. Si algo te lastima o no te hace crecer, bótalo. No es necesario que nos inyectemos, a modo de heroína, el cianuro que nace en las otras personas con tal de no quedar mal o ser aceptado.

 

La resiliencia nace del amor propio y del respeto. Pongamos barreras que nos protejan de gases tóxicos que otras personas, ya sean familiares, amigos, conocidos o enemigos emiten.

 

La vida propia es importante. Que nadie te diga cómo vivir pues cada uno recorre su camino propio. Ya suficiente veneno generamos nosotros mismos como para seguir bebiendo el ácido que otros secretan.