martes, 30 de diciembre de 2025

2025

 

No puedo ser desagradecido con el año 2025. He tenido el espacio para mejorar mi salud mental y preocuparme por mi desarrollo personal. Pude enfocar mis esfuerzos en nuevas experiencias que me han enriquecido como el taller de Guion o el Taller de Doblaje. Gracias al apoyo de muchas ferias, fui capaz de vender el último libro del tiraje que saqué (se siente bastante orgullo si me permito decirlo yo mismo). En el lado más oculto, logré incrementar mi intuición natural y romper paradigmas que, tal vez, me limitaban. Mi empatía logró crecer a la par. Como ratón de biblioteca, superé mi reto anual de 17 y leí 19 libros a lo largo de los 12 meses (nada despreciable).

 

Es cierto, la parte laboral ha sido variada. Las distintas experiencias con los populares cachuelos me han dado una perspectiva diferente y más realista.

 

En la parte del amor y amistad, los lazos que me cuidan se han fortalecido y, es justo admitir, me levantaron cuando el ánimo no fue el mejor. Es una bendición oculta. Tomar vuelo para prepararme para lo que se viene. Termino el año con cicatrices, sí, pero con optimismo e ideas frescas.

 

Agradezco a Dios su cuidado. Encendió las luces cuando todo se veía borroso y atemorizante.

 

Amo escribir, actuar, ser creativo y ser útil, pero ahora he logrado integrarlo en mi vida como herramientas en mi haber para seguir caminando en esta aventura.

 

Leí algo interesante. En 2025 la serpiente limpió el camino para que el 2026 el caballo pueda trotar sin problemas.

 

Aún queda un día y un cachito de este 2025. Trataré de aprovecharlo al máximo. Que me repartan las cartas con la jugada ganadora. Estoy listo para retomar la silla del caballo.

 

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