viernes, 6 de mayo de 2016

Serpens





He cambiado de piel. 
Las cicatrices marchitas quedaron atrás, 
al pie del árbol en

el que raspé la carne antigua para ayudar a su caída. 

Mi corazón se auto hipnotiza: 
“Confía en Mí” parece decirse. 
“Aprende a dejar ir”; “aprende a no dormir”; 
“aprende a lanzar la chispa que encenderá el combustible del alma”: 
se ordena a sí mismo.

El inicio se convierte en final…
el final no tiene límite:
todo vuelve a empezar mientras mi espíritu se muerde la cola.

He cambiado de piel…
dejé la ponzoña que me invadió  
cuando colmillos ajenos se apoderaron de mi cuello,
infectando mi ser con pena, dolor y vergüenza. 
Mi propio veneno me cauterizó las heridas. 

La Maldición de Medusa, cargada de odio, ya se desvaneció. 
La arena retorna a su forma antigua de sangre en mis arterias. 
La dureza de la roca y la frialdad del mármol abandonan mis emociones.

La sabiduría y astucia iluminan mis neuronas, 
Me alejo de la fría parálisis que la desidia causa.
He cambiado de piel…




DISCLAIMER: Las imágenes no me pertenecen. Solamente las utilizo para graficar. 

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