jueves, 25 de diciembre de 2008

Noche de estrellas, Noche Navidad

Y otro año trajo la Navidad, y con ella llegó la fantasía infantil en el corazón adulto: los intercambios de regalos, los villancicos, la cena y en mi caso particular la reunión con mi familia Pérez.





La noche del 24, para variar, llegamos a La Molina, casa de Ana. Como nunca estuvimos todos juntos. Un sentimiento de melancolía se mezcló con calidez en mi corazón. Cuando llegué a la casa la pregunta no se hizo esperar, y fue mi prima quien vocalizó "Vilo, harás show hoy".





La verdad es que se ha hecho costumbre: Hace cuatro años empecé esta tradición como una forma de regalar a tanta gente cuando el dinero es escaso. Todo comenzó con una actuación de todos los primos para todos los tios. La obra: Un cuento de Navidad de Dickens. Fue un éxito rotundo. Una obra cargada de sano sarcasmo e inocentes burlas. Fue una tarde navideña, con los primos actuando, a pesar de no haber ensayado.





El año siguiente no pudimos ponernos de acuerdo, así que mi tarea fue hacer un espéctaculo de gimnasia. Uno de mis sueños siempre será estar en un circo, y aunque sé que mucho me falta, mi flexibilidad y agilidad me ayudan a estar mas cerca de mi meta.





Otro año pasó. Esta vez decidí contar, en forma pintorezca la historia de la familia. Fue en esta narración que nombre a mis primos como las 18 estrellas (me incluyo) y aunque deberiamos ser 19, una se apagó hace muchos años. Por otro lado mi mamá y sus 6 hermanos son los 7 colores del arco iris y mi abuela, quien es profesora de literatura y lengua, se convirtió en la Diosa de las Letras (Para ellos fue mi poemario). Mi Tata, fue nombrado el Hijo de la Tierra, por su profesión de ingeniero agronomo.





La siguiente navidad no se hizo esperar y el año pasado actúe como lobo del cuento de la Caperucita Roja. En mi versión el lobo es inocente. No necesito contar mucho pues hay un post anterior en el que narro los hechos.





Este año no fue la excepción. Decidí usar un clásico personaje, muchas veces obviado, pero muy importante para el plot de la historia original. Este año fui el espejo d
el cuento de Blanca Nieves y los 7 enanos. Al fin expliqué lo que ocurrió con este carismático personaje vilmente esclavizado.





Las risas no se hicieron esperar. Las oraciones guiaron nuestro camino a la paz interior, pue hay que reconocer que a pesar de todo somos una familia grandiosa y llena de unión.





Esta mañana me levanté con una sonrisa en los labios y pude ser capaz de mantener a distancia de un brazo, aquella pena y ese sentimiento de impotencia que invade mi corazón de un tiempo a esta parte. Sólo digamos que las cosas pasan muy rápido.





Reflexionando, entiendo que somos uno. Entiendo que los milagros navideños existen gracias a Dios y me alegra saber que soy un testigo de eso.





Bye!


2 comentarios:

Mel dijo...

Estuvo muy bueno eso de encontrarnos luego de tanto tiempo, de pasar un tiempo todos juntos, más tranquilo que otros años, estamos todos más grandes y más tristes.

¡¡Te quiero mucho!!

Besos,

Mel

Vilo Arévalo dijo...

Y eso que me olvide de narrar cuando hice de Gitano!!