martes, 27 de febrero de 2024

El plan

 


 

Eros, quien usa su seudónimo Cupido para parecer inocente, miró a su madre Afrodita y le sonrió maliciosamente. Se acercaba el día de aquel santo que casaba parejas en secreto y tenía que aprovechar las hormonas alborotadas en sus víctimas potenciales para disfrutar más de la tortura que generaba. Afrodita miraba a su hijo con orgullo: el amor y deseo no deben ser aburridos según su filosofía.

 

El plan de Cupido para la travesura de este año era simple y cruel. Dispararía al cielo centenares de flechas de oro y esperaría que caigan aleatoriamente como una lluvia sobre los mortales. ¡Qué divertido será el caos resultante! Todos tendrían atracción con quien menos esperen: mayores y jóvenes; hombres y mujeres; mujeres y mujeres; hombres y hombres; amigos y amigos; enemigos y enemigos…. No importaba. A veces el amor empieza con el deseo así que, técnicamente, estaba cumpliendo con su trabajo. No importaba si San Valentín obtenía el crédito. Su labor le enorgullecía.

 

Todo estaba listo para el ataque. Cupido tiene invertido mucho bronce griego en negocios afines al romance: hoteles, spas, florerías y chocolaterías. Se dice que las flechas doradas no solo activan el enamoramiento, la lujuria y el romanticismo. También fomentan el consumismo de dichos productos.

 

Cupido es cruel. No le importa mucho si sus víctimas encontraron a su alma gemela o a seres tóxicos. Si en noviembre nacen muchos bebés, frutos de 14 de febrero, solo significaría que en el futuro podrá empezar el ciclo nuevamente con estos bebés cuando ya puedan razonar y desear. Su excusa es que el solo pone la semilla inicial. Ya si los mortales aprovechan eso para fortalecer un poco de Amor depende de ellos.

Bien lo dicen los mitos: Cupido es más temible que la muerte. ¡Cuidado! Veo que la lluvia de flechas ya empezó. ¡Busquen refugio!

 


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