domingo, 16 de agosto de 2009

Castillo de Naipes

Con sus torres de espadas negras
y corazones rojos,
el castillo trémulo se levanta
como morada fantástica
para el bufón de la baraja,
mientras las paredes de diamantes y tréboles
encarcelan las emociones más salvajes.

Entre Reyes y Reinas,
que ahora son esclavos,
duerme y sueña con travesuras retorcidas

el guasón que se niega a liberar
a sus súbditos de cartón plastificado,
mientras el viento
intenta derribar los cimientos
del palacio de su juguetona Señoría.

Ases que vigilan eternamente
que los juegos no acaben,
a la misma vez que el póker de sensaciones
continúa en forma sempiterna.

-“¡Eureka!” resuena entre los muros numerados,
y el eco de una risa macabra y burlona
retumba a lo largo y ancho
de los pasadizos.

“La máxima travesura tendrá lugar cuando
todos apuesten sus preciados sueños,
y será aquel el momento
para derrumbar mi morada,
para jugar con mis sirvientes
y aquellos que no quieran reír”

Trampas y marcas en las cartas,
evitarán que el amo pierda,
o de lo contrario verá el rostro de lo que tanto teme:
la silenciosa soledad donde no es divertido sonreír;
donde las ingeniosas travesuras se olvidan
y son devoradas por el hambriento tiempo.


***






Este poema es muy mío, en lo que se refiere a mi interior. Me identifico con el Guasón de la baraja, unico entre tantos cuartetos, fuerte, emotivo, pasional, pero con una tristeza que todos comparten pero no comentan... La tristeza que todos hemos sentido de sentirnos solos, que es diferente a estar solo. Hagamos travesuras para reír y jugar!!!



Juegas a las cartas con este vuestro humilde guasón?

1 comentario:

Ýulian Doriet dijo...

si! que curioso, mismo título interesante , pero siempre hay 2 guasones en la baraja :)