Victor Gonzales
una de las personas que me han demostrado más pasión en su vida laboral
y en sus objetivos, te dejó un artículo escrito por mí, basado en la
palabra que me diste-Escrito el 29 de mayo de 2014.
PASIÓN
¿Quién no necesita la
pasión en su vida? La necesitamos como una bebida energética al
despertarnos. Sin la pasión necesaria, no lograríamos trabajar y lograr
los objetivos ni tampoco conservar un amor o cuidar a la familia.
La mayoría de personas solo considera que existe la pasión que se le
dedica a la pareja, pero existen otros tipos, igual de profundos para
sentirse apasionado.
La pasión, por común acuerdo, nos mantiene
activos en algunos ámbitos: Amor, deseo, gozo, odio, aversión y
tristeza. Estos ámbitos incluyen todo en nuestra vida: las metas, el
arte, la creatividad, el trabajo e incluso la muerte.
Es obvio
que todos tenemos distintos receptores de nuestra pasión, pero la duda
surge cuando nosotros decimos que ya no tenemos la pasión para
continuar. ¿Cómo recuperar la pasión perdida? Buena pregunta.
La pasión perdida es la enfermedad que supera en infectados al estrés.
Si perdemos la pasión en lo que hacemos, sea cual fuera la acción que
realizamos, perdemos el sentido y el gusto por dicha actividad. Muchos
expertos indican que una vez perdida la pasión, se debe ubicar otra
fuente más poderosa.
Si se quiere comparar la pasión con alguna
reacción biológica, sería conveniente asemejarla con la adrenalina. La
adrenalina nos permite movernos para luchar o huir al temer. Pero a
diferencia de la pasión, una de las reacciones incontrolables de la
adrenalina es la parálisis completa.
Entonces, si la pasión es
una emoción, ¿cómo volver a sentirla? No se puede duplicar las
condiciones que crearon una emoción. La pasión, al igual que la mayoría
de los sentimientos que duran, es fruto de una decisión constante de no
perderla. No hay manuales al respecto (ni siquiera en los poemas más
románticos o eróticos).
En los casos en los que se pierde la
pasión, debemos ubicar esa “electricidad”, a falta de una mejor palabra,
para recargar nuestra motivación. De eso depende nuestro éxito y
confort.
Sabiendo eso, queda preguntarnos ¿por qué perdemos la
pasión, si se trata, de una decisión? La respuesta más rápida sería
echarle la culpa a la rutina. Pero considero que eso es una excusa, pues
la vida está llena de rutinas que se repiten más de una vez. El punto
es saber cómo hacer interesante la rutina. Lograr ese cometido es de lo
que realmente trata la pasión.
BYE
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