Estrellas que no se ven, en el cielo negro sobre los
caminos que un mortal debe recorrer. Es muy fácil decir que la muerte es más
importante para el universo, pues todos mueren, pero no todos viven... Es más
difícil ver el cielo y pintarlo con estrellas.
Tenemos una brocha y pintura color luz, pero ya olvidamos
que las estrellas tienen 5 puntas. Hemos olvidado la forma del firmamento,
lienzo negro o lienzo nublado.
Es más difícil estar en Paz, perdonarse, adaptarse al
cambio y ser dueños del propio tiempo. Es más difícil pensarlo 100 veces
seguidas por 33 días para cumplirlo.
Hemos abierto la puerta al reino de la obscuridad que
reside donde la nada se encuentra, donde el destino se aísla y las travesías se
entrelazan.
No queremos recordar el suspiro de vida, que un Artesano
eterno nos dio, ese fuego que inicia la chispa de vida y nos separa de los
Golems, también hechos de barro.
Vivimos encerrados al otro lado del espejo, en una
pesadilla que se repite así misma.
Para buscar la memoria reemplazada con indiferencia,
debemos olvidar para recordar...
Hemos abierto una puerta. Ahora, ¿quién la cerrará?
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