martes, 27 de febrero de 2024

Depresión

 

Hola mi antigua compañera. Hemos estado juntos tanto tiempo, aunque a veces quiero guardar distancias.

 

¿Has estado ocupada? Cuéntame cómo estás en esta relación poliamorosa (por tu lado) que llevamos. Aún me niego a darte mi tesoro y virginidad espiritual. Insistes en que ceda, pero aún no tengo el valor para que te lleves mi vida.

 

¿Cómo te llevas con los demás? Me contaron que algunos ya te dieron esa prueba de “amor” que tanto exiges. Debo reconocer que algunos fueron creativos.

 

¿Puedo serte sincero? No sé vivir sin ti, pero debería despedirme de ti. Si digo la verdad, creo que me acostumbré a tu presencia: me llenas de vacío.

 

“Me gustas cuando callas porque estás cono ausente”. Una frase que describe mi dependencia no solicitada hacia ti. Puedo ocuparme de otras cosas cuando visitas a tus otros “compañeros de vida”.

 

 

Me volví adicto al chocolate cuando estás conmigo. A veces no me queda otra opción que complacerte.

 

Tienes la toxicidad de una droga: adictiva y sutil, pero cuando me despojas de la dopamina lo haces de una manera apasionada, casi orgásmica.

 

Soy tuyo. Sé que no soy el único, pero es que no sé vivir sin ti.

 

A veces quisiera conversar contigo y tomar caminos diferentes…solo me gustaría no estar tan abajo cuando me visitas.

 

Varias veces estuve listo para darte esa prueba de “amor” que me has pedido desde mi adolescencia, pero tengo miedo.

 

Visita a tus otros esclavos. No me molesta. Te doy permiso para dejarme cuando quieras.

 


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