Jorge
siempre había tenido una gran conexión con su mejor amigo Ramiro cuando
estudiaban juntos. A pesar de haber sido inseparables en el colegio, la vida se
encargó de llevarlos por distintos rumbos, causando que esa conexión se
quebrara sin darse cuenta. El tiempo es cruel y sutil. A veces 20 años pueden
parecer una vida entera y otras veces la sensación puede ser como un pestañeo.
Jorge
tenía que hacer unas compras personales en el centro comercial. Había ingresado
a una tienda de video juegos y escuchó una voz que reconocería en cualquier
lugar. ¿Cuáles eran las posibilidades que después de tanto tiempo Ramiro esté
en la misma tienda que él? Cuando se acercó a la caja para salir de dudas, notó
con satisfacción que seguían teniendo cosas en común. Ramiro estaba comprando
el mismo juego que Jorge buscaba. Es bueno ver que algunas cosas no cambian.
- ¿Ramiro? - Jorge preguntó para comprobar sus
sospechas
- ¡Pero si eres tú Jorge! ¡Qué gusto! No nos vemos
desde… - Ramiro se recupera pronto de la breve sorpresa que le causó escuchar
la voz de su amigo.
- Desde que salimos del colegio. Se te ve muy bien.
¿Qué ha sido de ti? – Jorge no podía controlar su emoción, tanto así que habló
sobre las palabras de Ramiro.
- Bueno, tengo mi negocio de venta de computadoras.
Me casé. ¿Te acuerdas de Melissa, la de la promo? Bueno llevamos casados unos 5
años. Fue loco, porque en el cole ni nos mirábamos. – Ramiro comentó con una
sonrisa grande dibujada en sus labios.
- ¿Ni se miraban? Parecía que se odiaban. – Jorge
respondió con sarcasmo en su voz - ¿Sabes? Siempre quise decirte que…- la duda
reemplazó la sorna en la voz de Jorge.
- Jorge, me ha encantado verte, pero debo volar.
Quedemos para un café en la semana y me cuentas. ¿Te parece? – Ramiro se
disculpó mirando su reloj. Parecía nervioso por algo.
-Claro, me avisas y coordinamos anota mi número…-
Jorge respondió con algo de tristeza en su voz.
Luego de despedirse, ambos hombres se quedaron
pensando en esa coincidencia tan extraña. ¿Cómo podrían haberse encontrado
luego de tanto tiempo sin contacto?
Jorge no pudo confesar que desde el colegio siempre
estuvo enamorado de Ramiro. Ramiro se puso tan nervioso al ver a Jorge que se
fue guardando en su mente el secreto más grande: siempre quiso estar con Jorge,
pero como no vio nunca interés en él siguió su vida y se casó.
La vida es irónica, y el simple hecho de
intercambiar teléfonos, podría abrir muchas puertas que antes no se abrieron
por no contar esos secretos al que fue tu mejor amigo. Solo queda ver por dónde
los lleva a este par de mejores amigos.
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