sábado, 27 de marzo de 2021

El Naufragio

 


 

Caminando por la playa, bajo la luna ensangrentada de julio, encontré un cuerpo a orilla del mar.

 

Su belleza andrógina no permitía distinguir si era hombre o mujer. No importaba. Su desnudo cuerpo estaba cubierto por algas. Su pecho se levantaba suavemente. Aún respiraba. Cuando me acerqué a sus labios para oírle suspirar distinguí tres aromas en su aliento: la fragancia afrutada del vino; el olor del agua salada y el inconfundible perfume del sexo.

 

No se veía otro sobreviviente. Su juventud hacia ver su rostro como una fusión de equilibrio entre lo angelical y lo diabólico. Sus facciones eran inocentes y crueles. Parecía dormir apaciblemente. Soñando con misterios ocultos.

 

El mar estaba agitado, influencia de la super luna. Su vida no peligraba, aunque su piel mostraba algunas heridas no muy profundas. Su cuerpo descansaba sobre dos maderas, puestas por el capricho marítimo en forma de cruz.

 

Me quedé a su costado, no sabiendo cómo reaccionar. Cuando quise tapar su cuerpo desnudo con mi abrigo, sus ojos se abrieron de par en par y escupió un poco de agua de mar. Tomó  mi mano y con delicadeza me dijo: Usa la luz y la obscuridad para luchar contra el mal. Su voz era suave y ambigua.

 

Sin nada más, la víctima del naufragio volvió a cerrar los ojos. Debo haberme dormido por la impresión, pero al despertar con el primer rayo de sol vi unas huellas en la arena. Se internaban en el mar. Las olas habían devorado nuevamente a su víctima, solo que esta vez parecía ser un acuerdo mutuo.

 

Pasarán años antes de siquiera poder entender el significado de ese encuentro y de esas palabras pronunciadas: ¿Cómo luchar contra la maldad usando la luz y la obscuridad? Me tomará varios eclipses comprender si fue o no un sueño.

 

No hay comentarios: