La normalidad de mis actos se vio afectada de
pronto:
Mi mente volaba lejos del suelo.
El veneno infectó mi corazón:
El fuego invadió mis venas;
agua caía en forma de lágrimas desde mis ojos.
Mi psique comenzó a divagar,
obscuros pensamientos contaminaban mi espíritu.
En mi piel se sentía el caminar de muchos insectos
invisibles.
Una electricidad recorría mi sistema nervioso,
encerrando en una capa de hielo mi raciocinio a su paso.
Intento consumir la hierba que crece cerca de la roca,
con el afán de conseguir un antídoto.
Todo es en vano.
La pelea está arreglada.
Mi voluntad de hierro se tambalea,
aquel virulento dragón descarga su ira en mi sistema
circulatorio.
Los fantasmas del pasado, presente y futuro se acercan a
juguetear.
El veneno del hada lunar me infectó.
Ahora solo me queda buscar la evolución que me dará
sanación.
La barrera legendaria se rompe mientras los síntomas se
mezclan:
algunos se complementan, otros se contrarrestan.
Solo una salida queda:
buscar la luz solar de tus ojos
y eclipsar la fuerza gravitacional de la luna.
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