jueves, 29 de junio de 2023

41

41

 

Usualmente en mi cumpleaños escribo algo sobre los aprendizaje










s y sobre quien soy desde mi punto de vista. Este año, número 41 en mi vida, decidí recordar las formas en las que he sido llamado a lo largo de mi vida. No hay mejor forma de crecer que la aceptación de lo bueno por cimentar lo que uno es y lo malo por motivarte a salir adelante. Faltan pocos días para mi cumple, así que es bueno hacer este pequeño inventario antes que los 40 se desvanezcan.

 

Los apodos que más me gustan, sin ningún orden en particular, tienen un lugar en mi corazón especial, ya sea por lo curiosos y chistoso que son o por la muestra de cariño que tuvieron:


Haruka

Brian Addams

Primo (sí suena genérico)

Brujo

Shaggy

Dulce

Cocodrilo

Ángel Negro

Vilito

Vilandro (y su variante Vilanndro Meza)

Payasito

Psicodélico

Banshee (mis gritos son poderosos)

Sombrero

Mutante

Papa Frita

Apolo

Loki

Hades

Bufón

Rey Bufón del Sarcasmo

Dulce Sarcasmo

Sarcasmo Dulce

Escurridizo (cuando nado)

Torvic (algo escaso de creatividad, pero, llegó a la lista de los amables)

Vilín

Artista

Loco

Hermano

Colorado

Pato Lucas

Ruso

Gringo

One Dollar (cuando pido taxis)

Liebre de marzo

Conejo de Alicia


 

Entre los que son más tóxicos (o los que siempre odié), aunque pude aprovecharlos para crecer y demostrarles a esas personas que se equivocan tenemos, igual, sin ningún orden:

Inútil (el que me han dicho más seguido)


Delicadito

Padre (cuando era acólito, labor que me encantaba, pero el apodo estaba de más)

Mal amigo

Poco hombre

Débil

Sabelotín

Sabelotodo

Cabezón

Aburrido

Robotito

Panzón (lo soy, pero sean más creativos)

Calvo (lo soy, pero no busquen lo obvio)

Raro (y todas sus variantes)

Debilucho

Feo

Aríbalo (aunque es cultural por los Incas)


 

 

Como dice la canción, “se dice de mí” muchas cosas. Algunas fortalecedoras y otras destructivas, pero el hecho de aceptar quien soy es el mejor fruto a mi vida.

Soy malo en soccer (fútbol) y matemáticas. Soy bueno leyendo, escribiendo, creando, nadando, idiomas y gritando. El hecho de aceptar que existen personas que me odiarán o envidiarán me hace más fuerte porque les he demostrado que están equivocadas. El hecho que haya personas que me aman me hace sentir más digno. Pero, en realidad lo que me agrada de esta edad es que, a pesar de tantos años, he aprendido a amarme, aceptarme y desearme. He aprendido a que mi felicidad no dependa de lo que no puedo controlar, como la opinión o las expectativas de otros.  Creo que Dios tiene un plan en conjunto conmigo para mí. Creo que estar vivo es maravilloso y que más vale contar las bendiciones que las carencias.

¿Qué importa lo que se diga de mí (en mi cara o a mis espaldas)? Soy yo y así me amo, así que gracias a todos los que me aman y me odian. No sería quien soy sin esa mezcla de veneno y antídoto.

 

Feliz pre cumpleaños para mí, un lunático perro de agua protegido por la constelación de cáncer. ¡Qu vengan más años! Vamos denme su mejor golpe y verán cómo se los devuelvo con más fuerza.

 

 

 

 


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