lunes, 4 de noviembre de 2019

Olvidado por el Tiempo





Atrapado en el reloj del Padre Tiempo,
observando cómo la arena del Río Lethe,
que recorre el desierto del olvido,
me cubre hasta el cuello,
asfixiándome entre el día y la noche,
en aquel momento donde la Nada entona su elegía al vacío.

Veo el sol ocultarse día a día
a través de las paredes de cristal templado
de mi prisión mientras la agonía se repite
una y otra vez en un eterno baile.

He visto guerras, pestes, hambre y muerte;
he sido testigo de aberraciones que se hacen llamar humanos.
He visto como la vida y el amor se aferran una al otro
para seguir existiendo.

Colgado de la cintura del Anciano Guardián,
me siento obligado a olvidar;
a no recordar lo vivido, lo deseado, ni lo soñado.
Tan sólo con el anhelo de encontrar la memoria robada,
por el cruel Olvido.

El tiempo se desvanece mientras la noche llega y se va,
trato de huir, trato de beber de las aguas del Mnemósine
para encontrarme en mis recuerdos, pero ya no hay fuerzas
para recordar.

Olvidé el primer amor, el primer dolor;
olvidé la caricia maternal y el sermón del padre;
he olvidado todo, menos el significado de Eternidad...






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