jueves, 4 de diciembre de 2008

REFLEXIÓN SOBRE LOS CUENTOS DE HADAS

Los cuentos de hadas que tanto admiramos y escuchamos se vuelven opacos en la memoria de los que olvidaron ser niños.



Los roles de los héroes se enturbian en la realidad, mientras que las princesas se convierten en dragones de tamaño colosal. Viéndolo así, las brujas y los villanos siempre serán los humanos más convincentes.



El por qué nos olvidamos de soñar o el por qué nuestros corazones se congelan, nadie puede responder, pues sólo somos seres sin emociones.



Los diamantes y las perlas dejan de encantar mientras la dulce ingenuidad perece con el pasar de los días.



Manzanas envenenadas,

agujas para coser que al pinchar hacen dormir,

zapatillas de cristal,

todas ellas abandonadas ahí donde la nada se reúne, ahí en los atardeceres y amaneceres.



El cuento que enseñó se corrompe con cada ser que pierde su corazón.



La inocencia se pierde y las hadas mueren en la playa vacía de la falta de fe.



Besos que ya no despertarán, y el clásico final dejará de ser "Felices por siempre" para convertirse en "Bienvenidos al Mundo Real".



Estamos en la era en la que la imaginación se condena, en la que se usa la expresión "Hace mucho tiempo" sólo para criticar.



Las hadas y brujas desaparecen, los niños ya no sueñan y todos se enfrían en este mundo real, gobernado por Reinas de Hielo y Reyes de Cristal.



Había una vez un cuento que dejó de emocionar...



Bye!

1 comentario:

Mel dijo...

Yo no he dejado de soñar. Aunque a veces las pesadillas invaden el lugar, siempre dejo sitio a los sueños, a la fantasía.
¡Qué mundo gris y vacío ´sería este globo, si la imaginación se apaga!