jueves, 2 de julio de 2020

38




Un cumpleaños diferente, sin salir de casa ni teniendo algo armado al ritmo de bombos y platillos. La cuarentena, por mi lado, me ha regalado un periodo reflexivo en “desierto” que el ruido habitual no me permitía disfrutar. Entre mi cumpleaños previo y el de este año, puedo decir que sigo siendo un WIP (Work in Progress), pero que los avances van tomando forma algún proyecto mayor. No es que tenga los planes vistos y leídos al 100%, es más me atrevería a decir que mi Creador solo me muestra partes del objetivo final para ir viviendo un paso a la vez.

Siento que mis habilidades como escritor están mejorando. He visto un crecimiento propio. Sin ser vanidoso, puedo decir que ahora que leo mis escritos los disfruto más. En lo emocional, sigo mi propio flujo de madurez, reconociendo mis emociones, sin clasificarlas como obscuras o luminosas y simplemente aceptándolas sin juzgarme a mí por tenerlas. Estos 38 años han traído ideas inquietas, que poco a poco germinan en conductas adquiridas.

Sigo aprendiendo a perdonarme a mí mismo. No es un camino fácil, pero voy por él para encontrar mi propia paz espiritual. Por otro lado, cada vez más proyectos personales han visto la luz al cumplirse.

Esta reducción de velocidad que todos nos hemos visto a asumir, era lo que necesitaba para encontrarme más fácilmente, y aunque extraño mi rutina pre cuarentena, creo que he sabido aprovechar bien mi tiempo en este último año.

Como dije alguna vez, soy un lunático, es decir, un hijo de la luna, por lo que no me sorprende que Dios me haya regalado la empatía que me permite adaptarme como el agua. Es lo que me permite tener un balance entre ver las cosas con ojos diferentes y ver el mundo con los pies en la tierra.

Recibir estos 38 años de manera más apacible me servirá, también, para recargar mis baterías físicas, psíquicas y espirituales. Sigo siendo amante de la obscuridad que vive en la luz; sigo siendo cariñoso y sarcástico; continuo en la lucha que la autoestima exige que gane; acepto más a los demás y a mí mismo, con todos los defectos, diferencias, virtudes y formas de pensar.

Empezaré este nuevo año de vida con más curiosidad. Me detendré a oler el café y las flores. Creo que lo acelerada de la vida me pide que tome la ruta panorámica y disfrute de cada paisaje y experiencia que puedan venir.









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