A lo largo de nuestra vida, con el fin de que
logremos nuestro mayor potencial, diversas pruebas se nos presentan, cada una
de acuerdo a lo que necesitamos. Cada uno enfrentará su propia versión de estos
exámenes que permitirán fortalecer el espíritu y permitir un desarrollo completo.
Me atrevería a compararlas con batallas que
libramos con nosotros mismos y con la percepción que otros tienen de nosotros.
No son sencillas. Conforme vamos avanzando en la vida, van incrementando la
dificultad y la angustia resultante tiene una relación exponencial con dicho
crecimiento, sin embargo, luego vendrá el aprendizaje que nos permitirá asumir
nuevos retos.
Amistad: ¿Somos capaces de defender a un
amigo? ¿Qué tan cierta es la palabra? En un mundo tan acelerado como en el que
vivimos, nos encontramos con distintas personas, quienes tocarán en distinto grado
nuestras vidas. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a comprometernos con la
palabra “Amistad”? Es en esta oportunidad que debemos respondernos si la
amistad verdadera existe o si solo es una excusa para que los humanos se
pisoteen unos a otros. Una vez que podamos definir cuál de las dos opciones va
más de acuerdo a nosotros, podremos acogernos en la protección mutua que nos da
la verdadera amistad. Llegará el momento en que nos cuestionaremos el
significado de lealtad.
Elección: Hay infinitas posibilidades de
acción, pero solamente nosotros mismos podremos elegir qué camino tomar. Cada
elección tendrá consecuencias positivas y adversas, así que siempre estamos
evaluando si nos conviene o no tal selección. ¿Seremos capaces de elegir seguir
en este camino o es que no soportaremos la presión que nos hará más fuertes?
Razón: ¿Podremos usar nuestro raciocinio para
salir adelante? La inteligencia puede ser una herramienta que nos facilite las
cosas o que nos las dificulte. Todo depende si hacemos nuestra aliada a esa
inteligencia, ya sea propia o ajena. Si comprendemos eso, podremos aprovechar cada
una de las experiencias para aprender y para adaptarnos a nuevos problemas que
pudiesen presentarse.
Amor: Muchos de nosotros vivimos cerrados a
la posibilidad de amar o ser amados y lo que dificulta más superar esta prueba
es que no sabemos reconocer las distintas manifestaciones o clases del amor,
asumiendo erróneamente que solamente puede existir el amor romántico, dejando
de lado el filial, el humanitario, el severo, el sanador, el preocupado, etc.
Muchos autores han intentado clasificar los tipos de amor, pero la lista se
hace imposible de culminar. El misterio del amor hace que sea más temible que
la misma muerte, por lo tanto, muchos humanos siguen estudiándolo para poder si
quiera actuar según el amor, a pesar de no comprenderlo del todo.
Pasiones Humanas: La pasión es el
combustible para cualquier acción. Podríamos decir que la elección sin pasión
no podría concretarse. Pero muchas veces ese ímpetu puede convertirse en
obstáculo. Existe una delgada frontera entre la pasión y la obsesión tóxica. Si
logramos un punto de equilibrio podremos controlar nuestros más bajos instintos,
como el de la supervivencia, orgullo, la lujuria desmedida, la desidia, etc. En
otras palabras, una virtud tan necesaria como la pasión, podría, si no estamos
atentos, convertirse en un vicio cíclico que solo nos retrasaría.
Convicción: Constantemente evaluamos si
estamos siguiendo el camino que deseamos. Algunos lo llaman “vocación”,
mientras que otros usan el término más gaseoso “llamado”. Es en este momento de
duda razonable que confirmamos o negamos que nuestros actos nos den felicidad. Este
“llamado” puede ser hecho en susurros casi inaudibles o gritos ensordecedores.
Todo depende de que tan encendida esté la pasión por la vida propia.
Soy: Quien no se respeta a sí mismo no podrá
encontrarse. Quien no se encuentra solo estará repitiendo los errores de otros.
Autoconocimiento para demarcar las limitaciones que tenemos, así como las
oportunidades que nosotros aprovechamos. Aceptarse es un paso necesario,
sabiendo que nuestra normalidad es diferente a la normalidad de los demás. Este
es un paso obligatorio para pasar la prueba del amor, puesto que no podemos
esperar que otros nos acepten o nos amen, si nosotros no logramos evitar la
autocompasión y autodestrucción. Esta prueba se resume en fidelidad a uno
mismo. ¿Somos dignos de realmente vivir o de seguir escondiéndonos?
Tolerancia: Consiste en entender a los demás
y sus diferencias. Es la prueba de
comprender quiénes son los demás. Todos somos distintos y al haber tenido
distintas experiencias, y muchas veces es difícil aceptar a otros, pues nos quedamos
inmersos en nuestro propio yo. Creemos que si es diferente debemos temerle, aunque
en realidad esas diferencias nos hacen crecer. Ningún humano es una isla. Así
como nosotros tenemos nuestros mundos propios, los mundos de otras personas
podrían colisionar con ellos. Aprendemos de otras personas y sus distintos
puntos de vista.
Humildad: Muchas veces nos sentimos superiores
a los demás. Nos sentimos inalcanzables para aquellos que nos aman. ¿Seremos lo
suficientemente humildes para aceptar ese amor, esa protección que nos dan, es
decir, seremos capaces de recibir el amor con tranquilidad y no caer en la
vanidad? Siempre estamos buscando, en distintos grados, la atención de otras
personas. Sin la humildad viviremos cegados por la soberbia. Leí algo en un
libro de Saramago (El evangelio según Jesucristo) y lo voy a parafrasear - Una
abeja no puede decir dentro del panal que cierta parte de la miel la hizo ella.
Me dejó pensando en que gracias a la colaboración que surge de la humildad el
resultado es mucho mejor, lo cual no evita que asumamos responsabilidad de
nuestras actitudes y nuestros actos. En otras palabras, creo que podemos
aceptar nuestra influencia en el mundo sin necesidad de menospreciar a otros.
Impaciencia: Vivimos impacientes por siempre
conseguir algo. Somos impacientes por crecer, por vivir, por superar todo de
una sola vez, pero debemos comprender que todo tiene su tiempo justo. Muchas
veces nos apresuramos y quemamos algunas etapas necesarias para el desarrollo
óptimo, motivo por el cual cuando estamos en otra etapa de nuestra vida puede
que encontremos más difícil superarla. Tomar las cosas con calma sin caer en la
lentitud es el reto que debemos asumir.
Muerte y Recuerdos: Nos obliga a salir
adelante después de una perdida. Si la
pasamos tendremos que dejar los fantasmas del pasado desaparecer, y
proyectarnos al futuro, sin olvidar lo que hemos sido y lo que podemos ser.
Ambición: Es el deseo de poder para cumplir
nuestras metas. Si dicha ambición es encaminada correctamente, podremos lograr
cosas que benefician a más de uno. Sin embargo, si esa ambición se vuelve
egoísta, puede que estemos más preocupados en conseguir el poder que en lograr
nuestros objetivos.
Protección: ¿Defenderemos nuestros sueños,
nuestras creencias, nuestro amor o nuestra identidad? Mientras vamos evolucionando como seres
humanos, descubrimos la importancia de contar con un metafórico paraguas y
proteger lo que consideramos importante.
Sacrificio: ¿Qué estamos dispuestos a
sacrificar por el bien mayor? ¿Sacrificaremos nuestra felicidad por ver a quienes
amamos siendo felices? ¿Sacrificaremos
nuestra zona cómoda por correr un riesgo? Estos sacrificios, cuando son
voluntarios, los podemos hacer con más tranquilidad que cuando nos obligan a
desprendernos de algo. Incluso a veces nos da miedo sacrificar nuestra misera y
pena porque no conseguimos el valor de arriesgarnos a vivir de manera distinta.
¿Qué estamos dispuestos a invertir por nuestros sueños?
Resignación: ¿Nos resignaremos a aceptar lo
que no podemos cambiar? Existen aspectos
de la vida que nadie puede cambiar. Por salud física, mental y espiritual debemos
reconocer cuándo es una batalla que no podremos luchar. Eso no nos hace débiles,
pero sí más sabios.
Revelación: La verdad duele y no siempre es
agradable. Sin embargo, es esa verdad agridulce la necesaria para probarnos a
nosotros mismos. Podemos vivir en negación o podemos acoger esas verdades como
cicatrices que demuestren que estamos fortalecidos. ¿Podremos ser capaces de
luchar a pesar de conocer verdades que nos lastiman? Depende de cada uno.
Revolución: Se define como revolución a un
cambio de gran importancia. La trascendencia de este cambio no solo afecta
nuestros intereses, si no que modifica el mundo a nuestro alrededor,
influenciando en las vidas de otros de maneras imprevistas. Se podría decir,
según la creencia de cada uno, que es la prueba que nos abrirá las puertas a
tener la fuerza de los milagros; el brillo de a humanidad; la eternidad; independencia;
paz interior; la luz de Dios; entre otras.
Son muchas pruebas, pero son necesarias. Puede que
existan aún más no contempladas en estas líneas, pero si logramos superarlas, podremos
construir los caminos en el mundo exterior. ¿Seremos capaces de pasar estas
pruebas? ¿Desaparecemos en el intento?
Es nuestra elección y de nadie más.
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