domingo, 29 de marzo de 2020

La prueba de Dixie


Esta historia la escribí por solicitud de mi primo Diego Castro. Es un fan fiction de Kingdom Hearts, utilizando un OC de su creación (Dixie) y un OC creado por mí (Lovxi).

La prueba de Dixie

Dixie agudizó sus sentidos y comenzó a hacer reconocimiento visual del extraño mundo en el que se encontraba. Era un humano nativo de Halloween Town, por lo que sus ojos, ante los colores vivos de los paisajes a su alrededor, requerirían de algunos minutos para acostumbrarse. Nunca había estado en este mundo, pero sí había escuchado hablar de él entre los Keyblade Wielders con los que se reunió días antes en Daybreak Town. Si quería pasar el examen que el maestro Yensid le había impuesto para reconocerlo como Keyblade Master, tenía que explorar la mayor cantidad de mundos posible. Aunque no pareciera a simple vista, el antiguo maestro detectaba anomalías en el equilibrio entre la luz y la obscuridad en ese mundo, así que Dixie tenía la responsabilidad de ver lo que ocurría en ese lugar llamado Kingdom of the Sun.

Su vista logró adaptarse al brillante Sol que iluminaba el cielo. Había escuchado que los nativos de este mundo consideraban al astro rey una Deidad. No podía negar, que tenían algo de razón: la luz color oro bañaba majestuosamente el verde pasto. A lo lejos podía ver montañas altas y arquitecturas geométricamente perfectas. Se podía escuchar el sonido del agua de un riachuelo. El aire era limpio y podía sentirlo soplando sobre su larga cabellera negra. La diferencia entre Halloween Town y este nuevo lugar, aparte de la luminosidad del Sol, era la fauna rica. Dixie pudo ver unos animales que parecían ser caballos con cuellos largos y lana como piel. Conocía las historias sobre las llamas, pero nunca imaginó que se verían tan curiosas, siendo una mezcla de humor y sobriedad.

Dixie pudo comprobar que su ropa no había cambiado, como cuando visitó Atlántica. Eso quería decir que su atuendo usual, que incluía tonos rosas oscuros en las mangas largas rayadas que se dejaban ver bajo un chaleco y shorts blancos con aplicaciones de negro, no entraría en conflicto con el Orden del Mundo.

      Brillante, ¿cierto? — una voz masculina pero delicada sorprendió a Dixie, quien estaba tan concentrado en el paisaje que no notó la presencia de alguien detrás de él.

Dixie volteó velozmente y convocó su Sweet Nightmare, la Keyblade que el mismo Jack Skellington le había obsequiado al enterarse que Yensid se encargaría de su entrenamiento.

Sentado sobre la rama de un árbol, Dixie vio con una mezcla de horror y repudio un hombre vestido con una capucha negra. Parte de su pecho estaba descubierta y lucía un dije plateado con el símbolo de los Nobodies. Unos ojos color rosado intenso lo observaban con lúdica expresión. Dixie no pudo evitar admirarse por el cabello de dicho hombre. Era negro y blanco, dividido exactamente por la mitad y sujetado por una trenza que llegaba hasta la parte media de la espalda alta.

      Permíteme presentarme. Soy Lovxi. No me conoces, pero de seguro conoces a mis colegas en la Organización. — La sonrisa burlona era inquietante.

      ¿Ustedes aquí? Pensé que Sora había acabado con la Organización hace meses. —Dixie no podía ocultar la sorpresa en su voz.

      ¡Ja! Tu ingenuidad me parece tan dulce y tierna. — La respuesta de Lovxi se escuchaba coqueta y burlona. —¿Realmente crees que eso acabaría con los buscadores de la obscuridad? Realmente tienes la personalidad de un niño inocente.

Dixie quería atacarlo, pero no podía caer en la impulsividad. Si quería cumplir con la prueba que Yensid le había encargado, debía aprender todo lo que pudiese sobre las intenciones de este hombre. Sin bajar la guardia decidió seguirle el juego a Lovxi, al menos por el momento.

      ¿No te parece demasiado “luminoso” este mundo para que les interese a ustedes?

      Todo lo contrario, mi querido Dixie. Recuerda que mientras más brillante la luz, más grande es la sombra. No me mires así. ¿Crees que nadie te seguiría cuando supimos que Yensid quería armar un ejército de Keyblade Wielders como los de antaño? — la conversación parecía divertir a Lovxi bastante. — Si supieras que este maravilloso Sol es la fuente de una de las obscuridades más deliciosas que he visto. Pero no comamos ansias… todo a su tiempo. Solo quería saludarte. Jugamos luego, ¿te parece? — Diciendo esto, un portal negro apareció a los pies del encapuchado y, con la gracia de un acróbata, este se dejó caer dentro, dejando a un confundido Dixie mirando la rama en la que se había sentado.

El tiempo para observar la ubicación en donde vio a su enemigo se acabó, pues un olor fuerte a obscuridad invadió sus fosas nasales. Alrededor de Dixie empezaron a aparecer Heartless Sombras., pequeños sí, pero definitivamente molestos en manadas. Dixie debía investigar más sobre los planes de la Organización, pero primero tenía que ocuparse de aquella invasión de enemigos, quienes no dudaron en rodearlo y acercase. Sus ojos amarillos relucían reflejando el brillante Sol; sus garras afiladas complementaban sus movimientos erráticos.

Los incontables Heartless se abalanzaron sobre el joven de cabellos largos, quien no dudó en defenderse blandiendo su Keyblade de lado a lado. Con cada Heartless derrotado, se liberaba un corazón hecho de luz. Dixie había enfrentado Heartless antes, pero el número era demasiado grande. A las pequeñas Sombras se unieron los Heartless nativos del mundo. Algunos parecían cóndores, otros tenían la forma de serpientes y otros asumieron las características de pumas. La diferencia de poderes era notoria. Había algo diferente en estos atacantes, pero no lograba descubrir qué era. No podría con todos a la vez. Tendría que recuperar fuerzas. El viaje de llegada a este mundo lo había debilitado más de lo que había anticipado. Dixie nunca usaba naves o armaduras para sus viajes. Prefería usar los corredores de la obscuridad, sintiendo que el podría superar los efectos. Aparentemente, en esta oportunidad, la distancia entre Halloween Town y Kingdom of the Sun habría gastado demasiado su salud, haciéndolo jadear al respirar.

Abriéndose camino entre la horda de Heartless, Dixie guardó su Keyblade con el fin de ocultar su corazón y corrió hacia una cueva cercana, logrando despistar a los Heartless, al menos por el momento. Mirando alrededor, pudo ver una botella con un líquido color rosa encendido. Descorchó el recipiente y lo olió. Tenía el aroma de una poción mezclada con un poco de elixir. Si lo bebía podría recuperar sus energías.

      ¡NO BEBAS ESO! — Desde la profundidad de la caverna el gritó de un hombre sorprendió a Dixie y evitó que pudiese beber aquel líquido.

      ¿Quién eres…? — Dixie comenzó a preguntar, pero se detuvo al ver a un hombre vestido con una túnica roja y sandalias. Tenía el cuerpo delgado de un hombre, pero el cuello largo y las orejas de una llama. —¡Demonio Llama!

      ¡Rayos! ¿Por qué siempre usan la expresión “Demonio Llama” para describirme? Ya cansa escucharlo. Soy Kuzco, el emperador de este lugar. El contenido de esa botella se parece mucho al que mi antigua consejera, Yzma crea en “secreto”. Luego de tomarlo obtuve esta apariencia, tan lejana de mi casi divina belleza. Yzma quiere gobernar en mi lugar, según ella para acabar con el Sol. Cosas que los dinosaurios como Yzma creerían. ¡De cualquier forma, no puedo dejar que me vean así! —el transformado hombre se presentó.

      Gracias por salvarme. Pude haber bebido esto y…—Dixie comenzó a replicar colocando la botella en el piso, pero no pudo terminar su frase.

      ¡Solo te advertí que no lo bebieras porque necesito que tú me cuides! Te vi peleando con los nuevos asistentes de Yzma. Usualmente usa jóvenes con poco cerebro y bastante músculo, pero hace un tiempo esos duendecillos negros hacen lo que pida. —La mirada de Kuzco se parecía a la de un niño travieso que busca protección de sus padres. A pesar de su apariencia, Kuzco emanaba un aire de soberbia como pocos.

      No son duendes, se llaman Heartless y viven en la obscuridad de los corazones. —Dixie no había conocido a alguien tan absorto en su propio ser como Kuzco.

      No me importa cómo se llamen. Tienes que salvarme. Yzma debería tener algún antídoto en su laboratorio “secreto”, pero no he logrado conseguir a nadie que me lleve ahí. Es como si todos hubieran desaparecido en el aire, claro todos menos esos bichos negros. — Al usar la palabra secreto por segunda vez hizo un gesto sarcástico con su boca mientras que con los dedos graficaba las comillas. La vanidad de Kuzco se mezclaba con el miedo en su voz.

Esta podría ser una oportunidad única. Si ayudaba a Kuzco, podría investigar más sobre el comportamiento de los Heartless y la invasión de la obscuridad en este mundo tan luminoso

      Te ayudaré a llegar a ese laboratorio. Creo que mejor me cuentas la historia de Yzma mientras recupero el aliento. — Dixie mencionó mientras se sentaba sobre una roca. Debía recobrar fuerzas antes de tomar cualquier acción.

Kuzco se sentó en el suelo. Necesitaba a Dixie y, si contar la historia lo ayudaba a llegar al laboratorio, lo haría. Claro, tenía que darse prisa, antes que el efecto sea mayor y todo su ser se convierta en llama. — No es la primera vez que Yzma intenta usurpar mi trono. Ya había intentado hace unos años matarme y convertirme en llama, claro no en ese orden, pero todos sus intentos no sirvieron, pues siempre pude superarla, hasta hace poco. Hace una semana exactamente, su asistente desapareció, pero justo al mismo tiempo un tipo vestido de negro le entregó un líquido que, según lo que oí mientras espiaba a Yzma, haría sus pociones mucho más mortíferas, logrando así cumplir con su ambición de acabar con el Sol. Desde que era niño ella siempre decía que el Sol era culpable por arrebatarle su juventud y belleza. Cuando lo escuché, no le di importancia, pero pronto me fui quedando solo. Pacha, quien me ayudó la última vez que fui llama fue uno de los primeros que desaparecieron. No tengo a nadie. —

      Espera… espera… ¿ya te habías convertido en llama antes? —Dixie preguntó incrédulo. —¿Un tipo vestido de negro?

      Con Yzma es un juego de nunca acabar. Siempre utiliza sus pociones para convertir personas en animales. Es la dinámica de nuestra relación. Esta vez fue diferente, cuando mis súbditos comenzaron a desaparecer, fui a su laboratorio para ver qué ocurría (¿Cómo puedo ser emperador si no tengo sirvientes? Si llegaba al fondo de esto, mis súbditos me adorarían). Yzma no estaba sola. El tipo de negro estaba con ella riendo. Me descubrieron y quisieron darme a tomar una poción obscura. Fue en ese momento de desesperación que encontré en el armario la esencia de llama. No lo pensé dos veces, me ocultaría a simple vista. Tomé la poción, pero no actuó tan rápido como la última vez. Mi cuello se alargó y mis orejas crecieron, pero seguí siendo humano. Yzma y su nuevo amigo estaban más que alterados. Un puñal en una mano de la anciana y una poción en la otra. Su sonrisa era más macabra que de costumbre. No dudé ni un segundo y jalé una de las palancas en su laboratorio, y se abrió la escotilla que me dejó caer al río. Desde ese momento he tenido que esconderme. La verdad es que nunca me había sentido tan solo — Kuzco terminó su relato. Por primera vez Dixie sintió algo de compasión por el gobernante, pues se escuchaba triste y desesperado.

Dixie no pudo reaccionar. Sin previo aviso, Kuzco se sujetó su barriga. Se retorcía de dolor. El sudor en la frente del emperador era más que notorio. Gemía y balbuceaba. Su rostro se comenzó a alargar. Cuando intentó acercarse para ayudarlo, Kuzco levantó una mano para detenerlo — No hagas nada… la poción está actuando y me estoy transformando. — La respiración de Kuzco recuperó un ritmo más calmado. Luego de dicho ataque, seguía teniendo el cuerpo de un hombre, aunque el rostro y su cuello ya eran los de una llama. —¡Rayos! Debe haber cambiado la fórmula. La última vez no fue tan doloroso ni demoró tanto. Entonces, ¿me ayudarás? — La expresión de Kuzco demostraba que ya estaba acostumbrado a estos cambios.

      Sí. Te ayudaré a llegar a este laboratorio que mencionas, pero necesito que me cuentes todo sobre este encapuchado.  — Dixie respondió. No estaba acostumbrado al tipo de personalidad de Kuzco, pero suponía que algo de luz debe tener en su interior ya que los Heartless aún no habían devorado su corazón.

      Excelente…. Por cierto, si vas a llevarme, eso te hace técnicamente mi sirviente. No es que importe mucho, pero supongo que será más fácil comunicarnos si me dices tu nombre. — Kuzco había llegado a niveles de soberbia incalculables, pues ignoró por completo la pregunta de Dixie.  Su sonrisa estaba llena del placer que siente un niño al que le han cumplido sus caprichos.

      Mi nombre es Dixie. —Respondió el Keyblade Wielder entre dientes. Sería un trayecto demasiado largo.

***

Demoraron unas horas en llegar al palacio en el centro de Machu Picchu y la transformación en Kuzco se había completado. Su túnica roja se había convertido en lana carmesí cubriendo el cuerpo de llama del emperador. Dixie pudo comprobar que el caminar en cuatro patas ya parecía una segunda naturaleza para Kuzco. Realmente no mintió cuando le dijo que tenía bastante práctica convirtiéndose en animales diversos, aunque si había intentado engañar al Keyblade Wielder, diciéndole que tenía una baja de azúcar, para que lo cargara por todo el camino. Dixie no cayó en esa trampa, pues minutos antes había atrapado a Kuzco comiendo bastantes granos de cacao.

Tenían que pasar desapercibidos. El palacio estaba rodeado de Heartless, pero cada uno parecía prestar más atención al Sol que a ellos, a pesar que la Keyblade de Dixie estaba en sus manos. Era algo sutil, pero parecía que los Heartless, en sus formas de serpientes, pumas y cóndores emanaran un humo negro que se elevaba por el aire. Era como si parte de su obscuridad estuviera saliendo de ellos de la misma manera que lo haría el aire en un globo desinflado. Incluso un estornudo descuidado de Kuzco no robó la atención de los múltiples Heartless. Era como si estuviesen en un trance. Se podía decir que los ojos amarillos mostraban hambre por la luz.

La puerta al palacio estaba llena de Heartless y, por más que estuvieren inmóviles observando el Sol, no podían correr el riesgo de que el trance se acabara si pasaban muy cerca de ellos. Tenían que buscar una entrada que no esté tan custodiada por la presencia de las Sombras. Dixie propuso que usen la escotilla por la que Kuzco había logrado escapar, pero era imposible. No había forma de trepar por ella, pues era solo una caída al río.

      He escuchado un rumor… Los sirvientes ingresan por una puerta que está atrás. La verdad es que no sabría si es verdad. Siempre entro por la puerta principal. — Kuzco sugirió pensativo. Dixie giró sus ojos en frustración mientras aceleraba el paso hacia la parte trasera del palacio.

      ¡Eres todo un caso! — fue la respuesta sarcástica de Dixie a lo que Kuzco asintió sonriendo y aplaudiendo.

Los atípicos compañeros de viaje encontraron la entrada sin problemas. Extrañamente no había Heartless custodiando la puerta. A un costado se encontraban algunas camas elásticas abandonadas. Kuzco supuso que podría tratarse del pedido que había hecho un mes atrás. Dixie no intentó preguntar si quiera. Existían cosas que mejor se queden en la ignorancia.

Los pasillos del palacio estaban desiertos. Todos los Heartless se encontraban afuera practicando el extraño ritual de admirar al Sol y transpirar ese extraño humo negro. Caminaron por varios niveles del enorme palacio. Cuando llegaron a la entrada secreta del laboratorio “secreto” de Yzma, Dixie sintió una presencia conocida y se sonrojó antes de mirar sobre su hombro.

      Tiempo sin vernos, Dixie. —La voz profunda de un joven con cabellos grises y ojos verdes como el mar que rodea cierta ubicación llamada Destiny Islands se escuchó.

      Ri…Riku. ¿Qué haces aquí? — Dixie tartamudeó al ver al experimentado Keyblade Wielder. Su sonrojo casi rivalizaba con la lana roja que cubría el cuerpo de Kuzco.


      Escuché que habías venido a este mundo y quise ver si podía ayudarte en algo. — Riku respondió sonriendo.

      No es que quiera interrumpir esta extraña reunión, pero les recuerdo que hay algo más importante: YO. —Kuzco interrumpió el reencuentro de los camaradas.

      La llama parlante tiene razón en parte. No sobre él, pero sí que tenemos que trabajar. Hay una obscuridad muy pesada en este mundo. El comportamiento de los Heartless no es común. Investiguemos ese laboratorio y luego conversamos, mi buen amigo. —Riku comentó en tono serio, invocando su propia Keyblade. Dixie agitó su cabeza para quitarse el sonrojo y asintió.

Kuzco jaló la palanca para revelar la entrada al laboratorio. Lo había hecho tantas veces que esta no vez no escogió la palanca incorrecta. Los tres siguieron el recorrido estilo montaña rusa dentro del vagón. A pesar de lo serio de la situación, Dixie no pudo evitar sentir la excitación que uno siente al caer varios metros en una situación de riesgo controlado.

El laboratorio era enorme. El techo alto y cavernoso estaba decorado con candelabros. Los distintos colores de los contenidos de las botellas reflejaban tonos de luz variados. Por momentos se podía ver todo el espectro del arco iris. Varias mesas mostraban distintos experimentos de Yzma. Dixie no podía evitar sentirse impresionado. Tenía más pócimas que el mismo estudio de Yensid. Al parecer Yzma era una científica o alquimista brillante y prolífica.

      Sean bienvenidos. Me encanta tener público Lástima que Kronk no dejó preparadas empanadas ni café. — La voz femenina parecía un ronroneo felino constante.

La dueña de esa voz era una mujer delgada y alta, con más arrugas de las que se pueda contar. Se encontraba parada en la sombra de un gabinete alto. Su atuendo estaba compuesto por un vestido negro que le llegaba hasta los pies y aplicaciones moradas. Tenía un tocado de plumas lilas en su cabeza. Todos al voltear a verla no pudieron evitar preguntarse cómo es que alguien tan viejo podía seguir vivo y por qué todos podían estar detrás de uno sin hacer bulla o ser notados.

      ¡Yzma! Casi me matas del susto. Tú mejor que nadie deberías saber que es de mala educación sorprender a alguien y más aún si la sorpresa es alguien tan feo como tú. — La respuesta insolente de Kuzco no se hizo esperar.  Dixie y Riku no podían comentar nada acerca del intercambio de palabras que continuó, insultos mutuos que ellos no podrían repetir por lo ofensivos y porque algunos estaban en quechua, la lengua oficial de este mundo.

      Yzma, Kuzco, me encanta verlos conversar tan amenamente, pero creo que nuestros invitados han esperado mucho. —la voz de Lovxi se escuchó en medio de risas mientras un portal a los corredores de la obscuridad se abría. —Hola, Riku. No te veo desde aquel incidente en Riley’s Mind, hace tantos meses. Un gusto verte. Nuestros amigos en común quieren jugar.

Lovxi sonreía al ver la mirada de rabia que Riku le dirigió. Chasqueando sus dedos convocó algunos Nobodies que no perdieron tiempo en rodear al nativo de Destiny Islands. Por su parte otro grupo de Nobodies inmovilizaron a Kuzco y a Dixie, quienes no tenían las fuerzas suficientes para contra atacar.


      Lovxi…. —La cólera en la voz de Riku era más que obvia. Pero no le quedaba otra opción que defenderse, alejándose de los demás.

      Tienes razón Lovxi. ¿Dónde están mis modales? Me ayudarías mucho presentando a nuestro huésped de honor, ahora que los no invitados están ocupados. ¡Tira de la palanca, Lovxi! — Yzma le sonrió al hombre vestido con la capucha negra. Levantó su mano derecha en un movimiento melodramático mientras habló.

Lovxi hizo una reverencia aún más teatral que el gesto de Yzma y con una risa parecida a la de un niño jaló una palanca solitaria que se encontraba en la disfrazada como el cuerno solitario en la estatua de un jabalí. Yzma había aprendido a simplificar su laboratorio y se deshizo de las palancas sobrantes hace un tiempo.

La palanca activó un mecanismo de poleas que levantó una tela que cubría una jaula enorme. Kuzco no había notado la presencia de esa celda la última vez que estuvo en el laboratorio, pero es posible que no le haya dado importancia en su afán de ser Kuzco mismo.

      ¿Kronk? Pensé que habías desaparecido. — Kuzco balbuceó.  La prisión estaba ocupada por un hombre musculoso recostado y encadenado en una mesa.

La boca del hombre tenía un embudo conectado a una manguera transparente. Dentro de la manguera se veía un líquido rosado que fluía desde una botella sobre una mesa. El líquido se detenía antes de llegar al embudo gracias a una válvula que cerraba el flujo del líquido. Kuzco y Dixie reconocieron el líquido rosa como la fórmula de transformación creada por Yzma, pero no sabían a qué animal pertenecía esa esencia.

      ¿Desaparecer a Kronk? Vamos, Kuzco sabes que dependo completamente de él. Es más, es la parte más importante de mi plan. Primero, convertir a todos en animales. Segundo, lograr que esos animales me obedezcan. Tercero, hacer que esos animales se vuelvan Heartless. Cuarto, que los animales obedezcan a Kronk. Quinto, acabar con el Sol. Soy brillante, brillante, como oro les digo. —Yzma se acercó al grupo agitando sus manos. —Claro, no lo habría logrado sin mi querido Lovxi. ¡El mejor asistente que he tenido en décadas! — La euforia de Yzma era evidente.

      ¿Por qué acabar con el Sol? No lo entiendo qué te ha hecho. Es solo una estrella que da calor. —Dixie no pudo contenerse y soltó lo primero que se le vino a la mente ya que no podía moverse.



      ¿No me ha hecho nada?  Cuando una mujer adquiere cierta edad, y los hombres que te adoraban ya ni siquiera se inmutan. Vale la pena evitar los días soleados y vivir a la luz de la bondadosa Luna. Pero la Luna envejece, como todas nosotras. Y sus años hermosos se acaban. Así que ahora ella ora por días interminables, para vengarse del Sol. Cada pequeño rayo de Sol me roba mi juventud. ¿A quién culpar? ¿Quién? ¿A quién maldecir? Sabes, que el único culpable sería mi enemigo, el Sol[1]. — La voz de Yzma parecía entonar una canción.


      ¡Eso es imposible de hacer, vieja loca! — La paciencia de Dixie había llegado a su límite. Los habitantes de este mundo en verdad lo estaban alterando.


      He ahí la importancia de Kronk en todo esto. Lovxi, ¿serías tan amable de proceder con lo tuyo? — Yzma señaló con una uña con manicura al encapuchado. El ronroneo en su voz no se perdía en ningún momento.


      Con mucho gusto, Yzma. — Lovxi se acercó a otra cortina, más pequeña y descubrió una segunda jaula más pequeña.


      ¡¿Eeyore?! ¿Qué hace él aquí?… No debería…— Riku se distrajo un rato al notar al pequeño e inconsciente asno de felpa, habitante de los 100 Acre Wood, pero no pudo hacer mucho. Los Nobodies lo jalaban en batalla.


      En realidad, querido Riku es culpa tuya y de Sora que nuestro pequeño amigo esté aquí. Ustedes me inspiraron. Si una luz ajena puede fortalecer el corazón de alguien, es lógico que una obscuridad ajena pueda fortalecer la obscuridad de uno. Hice mis experimentos e investigaciones. Todos tenemos algo de obscuridad y luz en el interior. Es normal que cada quien pueda balancearlas a su manera. ¿Pero qué pasaría si extraemos esa obscuridad de un ser y se la inyectamos a otro? — El tono de Lovxi tomó una calidad científica que parecía la de un académico y que contradecía la mirada psicótica que sus ojos color rosa lanzaban.

      Pensé y pensé quién sería el mejor candidato. Debía ser alguien que pueda convivir con su propia obscuridad de manera natural. En mis viajes conocí a este pequeñín, con una capacidad para la baja autoestima tan impresionante que hasta a mí de contagió algo de su pesimismo. Le conté a Yzma sobre mi teoría y me dio la oportunidad de experimentar, ya sabes, de científico a científico y estuvo encantada de empezar cuánto antes. — Lovxi invocó su arma metálica, una especie de mezcla entre nudillera y una garra que se asemejaba a los colmillos de una serpiente.

Dixie miró impotente cómo Lovxi insertó ligeramente esos colmillos en el cuerpo del pequeño asno. Podía notar que seguía con vida por la leve respiración que levantaba y bajaba su pecho. Cuando los colmillos abandonaron la piel de felpa, parecían estar cubiertos en un aura obscura. Lovxi se movió con velocidad. Abrió la válvula conectada al embudo. El líquido comenzó a llenar la boca Kronk y se empezaba a notar el cambio alquímico en el hombre cuando, sin previo aviso, Lovxi insertó su arma en la manguera. El liquido rosado que caía se tornó negro. Por imposible que suene, Lovxi estaba infectando la fórmula con la obscuridad innata de Eeyore.


       ¡QUÉ EMPIECE EL SHOW! — Yzma gritó emocionada, abrazando su propio cuerpo en alegría.


El cuerpo de Kronk comenzó a convulsionar. Sus músculos se hincharon más. Las cadenas se rompieron. Su piel trigueña tomó el color escarlata de la sangre. Las dimensiones de su cuerpo crecían. Sus pies rompieron las sandalias al convertirse en pezuñas. El embudo cayó al piso. La mezcla obscura se derramaba inundando el piso de la prisión, que había sido destruida cuando la altura del nuevo ser superó los cinco metros.

La expresión de dolor cambió a una de rabia ciega. Su rostro tomó la forma de una extraña fusión entre un cóndor, una serpiente y puma. Las uñas crecieron al mismo tiempo que una cola crecía.


      ¡Brillante! ¡Brillante como oro les digo! Levántate Supay, cubre a mi enemigo el Sol con tus tinieblas. — Yzma no cabía en su emoción.


Dixie miraba aterrado. Kuzco se había desmayado al ver la forma que Kronk había tomado. El nombre Supay le hizo recordar algo que había leído en la biblioteca de Yensid, cuando investigaba sobre las costumbres de este mundo. De acuerdo a su investigación, Supay era la Deidad del inframundo.


      ¡La mezcla es uno de mis más grandes éxitos! Mezclé un poco de cada esencia en mi inventario y torturé a Kronk un poco insultando su cocina para que haga más efecto. Al mezclarla con la obscuridad ajena de ese burro, el cual necesita terapia el resultado es brillante, brillante, les digo. — Yzma seguía celebrando.


La bestia se levantó de la mesa y lanzó un alarido que escarapeló la piel de Dixie y de Riku. Los ojos vacíos color amarillo lo confirmaban. Kronk se había convertido en un Heartless poderosísimo. Como si hubiesen esperado por esto, los Heartless nativos de este mundo comenzaron a emanar mayores cantidades de humo negro. Por las ventanas podían ver como ese humo se acumulaba formando una nube en el cielo y poco a poco esta nube se acercaba al Sol. Supay emanaba la mayor cantidad de humo negro.

Dixie logró liberarse y atacó al enorme Heartless. Tenía que evitar que el Sol se perdiese. Sabía que sería catastrófico para este mundo si su Deidad principal era destruida. Riku había logrado en ese momento vencer al último Nobody. Ambos Keyblade Wielders utilizaron sus mejores técnicas en contra del enemigo.

La fuerza de Kronk se había multiplicado exponencialmente al convertirse en Supay. Con puños cubiertos de fuego los atacaba. Dixie pensó ver una pequeña lágrima en el ojo de Supay, pero eso era imposible. Kronk había perdido toda humanidad. ¿O sería posible que aún se pudiese salvar? Tenía que intentarlo. Conocía la teoría, pero nunca lo había hecho.

Dixie concentró toda su magia en la punta de su Keyblade y lanzó un rayo de luz. Un cerrojo brillante apareció en el pecho de Supay. Se escuchó un click, como el de una cerradura abriéndose. Luz brillante salió del cerrojo. Supay iba perdiendo su tamaño. Al cabo de un rato, el colosal Heartless, perdió la obscuridad de sobra. Donde minutos antes un formidable rival se encontraba peleando, ahora un hombre musculoso parecía dormir apaciblemente. La nube de obscuridad en el cielo se fue disipando. Realmente lo que dijo Yzma era cierto. Supay era la piedra angular del plan para destruir al Sol.


      ¿Cómo hiciste eso? — Riku estaba sorprendido.


      No lo sé. Solo leí algo sobre el poder de despertar que tú y Sora tienen. No pensé nada y solo quise ayudar a ese hombre. Vi una lágrima en su ojo y eso me motivó a hacerlo.


Ambos Keyblade Wielders se miraron en silencio. Las mejillas de Dixie se volvieron a sonrojar mientras que una sonrisa invadía sus labios.



      ¡Esto no puede ser! No permitiré que me lo quites estando tan cerca, mocoso impertinente. No me importa quién seas, pero no me arrebatarás mi victoria. Dame esa llave y te destruiré—Yzma amenazó. El ronroneo en su voz al fin la había abandonado. —Quiero decir, dame esa llave o te destruiré. Ya no importa qué conjunción use.


Dentro de su vestido Yzma guardaba un pequeño frasco de vidrio. El líquido era aún más obscuro que el que convirtió a Kronk. Lo descorchó y se disponía a beberlo.


      Yo no haría eso, si fuera tú. — Lovxi se dirigió a la anciana mujer.


      ¡No te metas en esto inútil! ¡Si algo tiene que salir como debe, debes hacerlo tú misma! — Yzma le respondió amenazante al encapuchado.


      Bien. No digas que no te lo advertí. — Lovxi le respondió levantando sus hombros.


El contenido del frasco actuó más rápido que con Kronk. Estaba sintonizándose con la obscuridad propia de Yzma. La transformación fue inmediata. Dixie reconoció la forma que tomó su cuerpo por el libro que había leído. La extraña forma de serpiente con alas, que además tiene la cola de un pez, una cabeza como la de una llama, ojos cristalizados y un hocico de color rojo era la forma de Amaru, Deidad de la sabiduría, pero había algo corrupto en su forma.



      Es una pena. Tanta inteligencia desperdiciada. ¿Quién lo diría que todo su conocimiento pudiese ser fuente de tanta obscuridad? Supongo que uno aprende algo nuevo cada día. Le dije que no se deje llevar por su propia ambición, pero no me hizo caso. Bueno, se las encargo. Nos vemos chicos. — Lovxi abrió un portal y entró al corredor de la obscuridad.



Dixie y Riku se dispusieron a pelear nuevamente contra un enemigo de mayor tamaño. Dixie no creía que el poder de despertar pudiese ayudar. No notaba ni una onza de luz en el corazón de Yzma, ahora Amaru. Su alma ya había sido devorada por la obscuridad completamente.

Las alas de Amaru agitaban el viento. Ambos Keyblade Wielders estaban cansados. Tenían raspones por todas partes. Si Supay había sido difícil de vencer, Amaru lo era mucho más.


      ¡MUERAN! —La voz de Yzma sonaba como en un coro de mil personas. Amaru aún podía acceder a las funciones de inteligencia, algo raro para un Heartless.


Riku utilizaba sus poderes obscuros como defensa mientras Dixie lanzaba su Keyblade como una lanza.


      ¿Quieres mi llave? Pues toma mi llave. — Dixie declaró al mismo tiempo que su Keyblade atravesaba el pecho a Amaru.


Con un grito aterrador el cuerpo del Heartless se desvanecía en el aire. La nube se alejaba del Sol. Del cuerpo de Yzma solo quedaba un montículo de cenizas moradas


      ¡Lo hicimos Riku! — Dixie exclamó alegre mientras le sonreía al nativo de Destiny Islands. Dixie cayó de rodillas y comenzó a reír.


Riku comenzó a acercarse a su amigo, para felicitarlo cuando un portal de obscuridad se abrió y del pasillo salió Lovxi aplaudiendo.


      Bien hecho chicos. Me han ayudado en mis experimentos. La data obtenida es valiosa. Pero quiero hacer una pequeña prueba adicional. ¿Qué pasaría si la obscuridad de un ser de un mundo invade al nativo de otro mundo mientras él se encuentra en un tercer mundo? Me muero de curiosidad. Esta vez no usaré la fórmula de Yzma, solo mi propio elemento, el veneno y la esencia de Eeyore —Diciendo esto insertó una última vez su arma en el cuello de alguien más. El cuello de Dixie, quien ahogó un grito sorprendido.


Riku se lanzó sobre el encapuchado, pero eso a Dixie ya no le afectaba. Su mente se alejaba de la luz. Caía en un abismo que parecía eterno. Sentía pena; miedo, impotencia; rabia; entre otras sensaciones. Pronto dejaría de sentir si quiera. Tal vez fue demasiado soberbio al pensar que no tenía la suficiente obscuridad dentro de él para que sea afectado. Debió seguir los consejos de su maestro y no recorrer sin protección los corredores obscuros. Ya era tarde. Las tinieblas lo cubrirían todo muy pronto.


—…xie…Dixie…regresa. — Una voz lejana y cálida lo llamaba. No, no lo llamaba lo jalaba con fuerza. A lo lejos veía como el brillo filtrado de un eclipse se hacía cada vez más fuerte. La luz erradicaba la obscuridad. No, no la erradicaba, la balanceaba. Tenía que aceptar su propia obscuridad y su innata luz para poder soportar la obscuridad de otros.

***

Dixie abrió sus ojos. Estaba recostado en el piso. A su costado Kuzco lo esperaba sentado. Había recuperado su forma humana. Kuzco le contó lo que había ocurrido, según lo pudo ver el emperador al recuperar el conocimiento. El tal Lovxi lo atacó con su arma. Mencionó algo que Riku sería inmune por lo que su experimento no resultaría con él. Kuzco no dejó detalles fuera. Riku lo defendió y logró vencer, con una relativa facilidad, al encapuchado, quien escapó riéndose entrando a una de esas puertas obscuras. Pero el cuerpo de Dixie se había convertido en una pequeña Sombra. Riku se había acercado a él y comenzó a llamarlo. El rostro del pequeño Heartless se sonrojó mucho y luego de brillar, Dixie había recuperado su forma, pero seguía dormido. Kuzco le narró cómo Riku había apuntado su extraña llave plana al Sol y como un cerrojo apareció y un sonido como de algo cerrándose se escuchó. Fue en ese momento que Kuzco recuperó su forma humana y, según pudo ver por las ventanas, todos sus súbditos también habían corrido con la misma suerte. El emperador, parecía un poco más humilde.


      Riku dijo que tenía que llevar al pequeño asno a su mundo para que nuestro equilibrio no se pierda. Me pidió que te entregue esto. — Kuzco le entregó a Dixie una fruta con forma de estrella y aunque Kuzco no entendía el por qué, el Keyblade Wielder se sonrojó mucho más que antes. — Vamos, creo que mereces algo de comer. Kronk nos ha preparado empandas y café. Vamos, te presentaré a Pacha y podrán compartir cómo fue conocerme como llama.





[1] Nota del autor: esta parte es un fragmento traducido de la canción Snuff out the Light. Canción eliminada de la película original. No intento infringir derechos de autor ni apropiarme de cualquier riqueza que la letra pueda dar.

Disclaimer: Los personajes de Disney no me pertenecen, así como tampoco el universo de Kindom Hearts. No intento ganar nada monetariamente ni tampoco deseo faltar al derecho de autores. Los uso solo como tributo al maravilloso juego.

Las siguientes imágenes han sido creadas por mi primo como parte de esta colaboración con mi primo. 








Las siguientes imágenes representan a dos deidades del mito incaico ubicada en https://misterioworld.com/supay-el-encargado-del-inframundo/

Amaru, deidad de la Sabiduría


Supay, deidad del Inframundo






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