No
te confíes, cariño. Puedo decorar mi palacio con corazones y estar rodeada de
rosas rojas, pero mi guillotina tiene el filo del alma destrozada.
¡Mi
poder es absoluto! Me temen, me respetan. Cree en mis palabras, si prometo una
ejecución, la tendrás. Rodarán cabezas.
No
te confíes, cariño. El corazón puede simbolizar el amor, pero verás que me amo
más a mí. Mis súbditos conocen que gobierno con guante de hierro.
Las
otras reinas eran débiles y patéticas. ¿Quién anticiparía la ironía? La reina
de Espadas lloró por clemencia. Yo se la di: una muerte rápida y limpia.
Tréboles y Diamantes me pertenecen.
En
honor a la verdad, antes amé, pero, ¿de qué sirve amar si te tratan como si
fueras débil? Nunca más. ¡Mi reino será grandioso! Conquistaré, con mis naipes,
el reino vecino del ajedrez.
No te confíes, cariño. El corazón es el arma más peligrosa que existe. Traigan mi hacha personal. La bajaré como guadaña. Las cabezas rodarán y luego jugaré croquet para relajarme mientras como tarta.
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