Vistiendo la Capa y la Daga
La capa y la daga ocultas en la
iglesia obscura son reliquias que recuerdan el tiempo en el que el noble
asesino se ocultó bajo la luz filtrada por el vidrio multicolor.
Las velas a medio consumir contienen las plegarias olvidadas y las
lágrimas derramadas anhelando milagros.
Hay algo reconfortante proveniente de la desolación del
arrepentimiento; el bálsamo que nos hace renacer de nuestras muertes
temporales...Nada puede renovarse si es que primero no toca fondo.
El miedo a ser encontrado se acentúa... decidimos escondernos a
simple vista... El solitario templo nos evalúa el espíritu, pero no nos juzga.
Nuestro juez, fiscal y verdugo somos nosotros mismos.
La redención llega si se lo permitimos...si la llamamos. No es
secreto que me oculto en las sombras y que uso un antifaz de terciopelo para
que no me reconozcan.
Las plumas desparramadas en el piso junto a restos de cuero,
símbolo de una batalla que duró más de lo necesario...ángeles y demonios
perecieron por igual en este lugar...
Los humanos que decimos ser superiores... los humanos que decimos
ser débiles... somos severos en las sentencias.
Que caiga la noche... que las lágrimas ensangrentadas me limpien
mientras me cubro con la capa y cargo la daga en defensa.
Este perfume ácido es nuestra esencia: Notre
Faute ... la emanamos como zorrillo miedoso.
Que caigan las plumas negras... es momento de aceptar
responsabilidad para cauterizar heridas mal curadas...
Aquí, bajo la luz filtrada por el vitral, cerraré mis ojos para
esperar aquella cura prometida mientras visto esta capa y daga.