Bajo la obscuridad
aterciopelada del eclipse, se renueva la vida con un alarido que se susurra
frente a la puerta del infierno.
La luna se oculta delante del
sol para sanarse a sí misma. Su corazón roto pero no arrepentido de coquetear
con las tinieblas. Los sueños son luces guía para los ojos cansados del
viajero.
Júzgame y te diré que no me
arrepiento de lo que hice tan descaradamente: vivir siendo yo.
El pasado ha sido nombrado
bajo percepciones corruptas y lo que tú, gran jurado llamas malicia, es en
realidad una acción mal interpretada.
Un futuro incierto que llama
a un gran comienzo redentor. No existe el conocimiento maligno...todo
conocimiento es luz para las estrellas.
La caída de los astros
anuncia la época del gran eclipse. Las estrellas cederán su dominio de la
bóveda celeste, para que la Luna y el sol reinen como uno.
Bella obscuridad del eclipse,
calma los ímpetus del espíritu. Hagamos un trato: me darás redención si yo te
libero de los prejuicios que mi mente humana ha creado. Atrae mi alma a tus
brazos maternales y llena mi mente para actuar.
Eclipse, enséñame a volar
bajo tu manto de terciopelo negro...
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