Otro año en este mundo. Estos últimos 365 días se han
caracterizado por una lucha constante: dejar cosas atrás, aferrarme a otras,
aprender y olvidar en algunos casos…Creo que ha sido un año más para probar mi
auto aceptación.
Creo que puedo resumir mi llegada a los 37 utilizando “subtítulos”:
1.
Agua: Adaptación
constante. He debido adaptarme a distintas situaciones a veces tranquilas como
el agua de lago y otras movidas como el maretazo que llega sin avisar.
2.
Luz en los ojos: Aprender humildad siempre ha sido una tarea constante. Este año me
permití aprender que no importa que tan alto o bien esté no debo permitir que
la luz me ciegue. Debo recordar que siempre existirán personas más preparadas
que yo o que en algunos momentos debo dejar a otros tomar el protagonismo.
Claro, no debo de usar mi búsqueda por un espíritu modesto y humilde me sirva
de excusa para no luchar por mis sueños y metas.
3.
Abismo Obscuro: Contemplar mis tinieblas y miedos sin permitirme caer en la fuerza
gravitacional propia de los hoyos negros. Si quiero un cambio, debo mancharme
las manos, sin olvidar que sin amor la ambición puede ser cruel. No debo
permitirme perder mi fe y voluntad, no importa lo que pueda ver en aquella
obscuridad.
4.
Ciclo Lunar: Cambios en la marea. No hay que
pensarlo mucho. Tenemos momentos positivos y retadores, así como negativos y restringentes.
Tengo que sacar lo mejor de cada situación, sin desanimarme, pues como la luna
eventualmente llega a su zenit, las oportunidades pueden mostrarse.
5.
Empatía conmigo mismo: Esta frase me ha marcado mucho desde hace algunos días.
Puedo tener empatía con otros, pero muchas veces me olvido de sentirla por mí
mismo. Creo que debo aprender a reconocer lo que me pone triste y lo que me alegra
antes de autodestruirme, como tantas veces lo he hecho en el pasado. Si yo temo
conocerme y aceptarme, no puedo esperar que los demás no sientan ese mismo
temor.
6.
Espada y escudo: Ataque preciso y cautela paciente.
Si quiero salir adelante debo utilizar ambas herramientas para ser libre de mis
propias prisiones. Me cuesta tanto abrirme paso a través de las rejas, muros,
cadenas y trampas que yo he creado a lo largo de mi vida, pero creo que estoy
avanzando a paso lento pero seguro.
Lo interesante del número 37 es que sus componentes muestran
un potencial interesante: 3 y 7 son considerados los números más poderosos, así
como la perfección que su sumatoria (10) implica. Se vienen retos y
oportunidades. Ojalá pueda estar atento a los caminos que Dios pueda mostrarme
y yo pueda tomar los pasos necesarios para lograr mis anhelos, metas, objetivos
y sueños.