Dícese del amigo que muchos quisieran tener. Capaz de conversar de sonseras o de cosas serias.
Compañero de travesuras desde los 3 años. Compinche de juegos con agua sobre un tapizón recién puesto en su cuarto. Fortaleza en la tristeza, defensa en la soledad, amistad en la eternidad.
Me preguntaron, "¿cómo puedes ser amigo de Nils, si nunca te he visto con nosotros?", para pensar la respuesta. Pero me di con la solución: somos amigos de conversas, no tanto de tonos. Amigos que jugaron con juguetes, de héroes y villanos. Amigos que soñaron juntos con ser veterinarios, mientras cuidaban a 4 inocentes dobermans, un pastor alemán y un belga.
Amigos que fueron testigos de muchos amaneceres, de muchas visitas a Sipsa, de algunas fiebres asesinas, y una que otra taquicardia. Amigos que patinaron por el destino de San Isidro, que se han peleado, pero se han amistado.
Amigos que han llorado, que han reído y se han burlado. Hermanos de años, hermanos de edificio. Hermanos de planes macabros, de construcciones que no debieron ser (ese albañil si que nos odió al día siguiente), jugadores de Atari y usuarios de tortugas ninja, surferitos monses y nadadores poco comunes.
Nils Wetzell, sinónimo de buen padre, de excelente confidente y excepcional amigo. Lleva 28 años en el mundo haciendo posible que este bufón sarcástico, renueve la fe en la Amistad...-“Danke, Nils, du bist einen sehr guten freund. Aut wiedershen
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