miércoles, 11 de julio de 2018

36


Otro múltiplo de 3. Un año intenso: lecciones aprendidas con sudor, sangre y lágrimas. Mis errores han sido gigantes, pero las lecciones han tenido proporciones bíblicas. 

Creo que ha sido un año para dejar ir... para aceptar aquello que no puedo cambiar y para aprender más sobre las relaciones humanas.

Tengo la misma edad que la cantidad de años que mi País no participaba en el mundial, y aunque el fútbol y yo nunca hemos sido amigos, es interesante ver cómo ese pequeño orgullo en mi corazón sacó su cabeza para olfatear el aire.

Los años no pasan en vano: me siento más sabio, capaz de aceptar los cambios físicos que mi cuerpo presenta (un paso a la vez: Todos mencionan mi calvicie como una broma bastante original, aunque solo mencionan lo obvio, y creo que mi primera acción de cortarme cada vez más al ras el cabello me ayuda a reírme de mi mismo). Hay cosas que no cambian, sin embargo. Sigo siendo un ratón de biblioteca, un coach oculto en las sombras, un contorsionista aficionado y un par de orejas capaces de escuchar.

Dios me ha permitido vivir un año más. Me ha entrenado como lo haría la milicia: las pruebas han sido duras, pero mi empatía sí que se ve musculosa. Aún hay cosas que no puedo lograr, pero al menos estoy intentando.

Me preguntaron, ¿qué esperas de estos 36 años? Me dejó pensando y solo pude responder: ser feliz, ser digno de esa felicidad y poder cumplir mis metas propias.

Tengo la mirada más cansada, la mente más lenta a veces y la sensación que el tiempo vuela demasiado rápido pero siento que el corazón se me ha curtido como el cuero, con todos mis demonios y serafines internos.

Agradezco a Dios y a la vida, pues aunque a veces me cueste verlo, soy una persona querida  que a pesar de sus errores y aciertos es considerada parte de la vida de otros. 

A ponerle entusiasmo y más huevos a este año. Como dirían en el teatro: ¡mucha mierda!

El maestro de ceremonia


Un maestro de ceremonia acostumbrado a dirigir el circo con precisión y alegría oculta un secreto tan grande que su público no debería enterarse: es prisionero de lo que esperan de él.

No hay lugar para el error, el show debe continuar y todos tienen un papel que desempeñar.

En soledad, cuando nadie lo ve, se permite descansar y liberar sus emociones: puede estar feliz o molesto o incluso triste, siempre y cuando nadie esté atento. A veces, quisiera ser invisible.

Sin embargo, la vida, con toda su sabiduría sardónica, le recuerda la influencia que tiene en la vida de otros. La debilidad de uno no debe debilitar a otros: la fuerza es contagiosa.

El maestro de ceremonia sabe cómo conectarse con otros y sabe cómo motivarlos para lograr un objetivo más grande. En el fondo reconoce su propia importancia, sin embargo, anhela la libertad de ser débil cuando necesite serlo. Tal vez deba pedir ayuda silenciosamente para que otro maestro de ceremonia le recargue las baterías. Cuando recuerda que reconocerse débil lo fortalece, encuentra paz y continúa con su labor con gusto renovado.

En sus momentos más obscuros, las lágrimas intentan escapar, pero él sabe que puede (y debe) cargar con el peso un poco más. No huirá de su responsabilidad. Después de todo, el show debe continuar...

El equilibrio lo recarga. Si tan solo tuviera más momentos en los que pueda estar consigo mismo, recordaría que es más digno de lo que cree. Solo debe creer más en si mismo, retroceder para recargar baterías y hacer lo que le gusta: alimentarse de las emociones de otros. El amor que otros sienten por el maestro de ceremonia nutre su corazón; fortalece su compromiso; renueva esperanza y sobre todo le permite cumplir su rol más efectivamente en un círculo virtuoso.

¡Mira entre las estrellas, los diamantes se muestran en su esplendor! ¡Ya terminó su metamorfosis y es un show maravilloso!

“Damas y Caballeros, por favor, dirijan su mirada al centro de la pista... les tenemos una sorpresa...” dijo el maestro de ceremonias, con una mezcla de sorna y respeto en su voz...



DISCLAIMER: LA IMAGEN PERTENECE AL EPISODIO KNOW YOUR FUSION DE STEVEN UNIVERSE Y LE PERTENECE A CARTOON NETWORK Y A REBECA SUGAR. SOLO LA USO PARA GRAFICAR.

ESCRITO EL 28.06.2018