Lucifer está arrepentido,
el dolor que su sentimiento de culpa causa le es insoportable…
sus alas negras comienzan a mostrar un brillo opaco y sus lágrimas le
queman como ácido.
Quiere elevarse,
redimirse y sentir alivio
pero es imposible: no puede perdonarse a sí mismo.
Su antiguo Amo, hace mucho que lo busca.
Hace siglos lo perdonó,
pero ni con todo su poder
puede convencer al Ángel Caído de ser el Cáliz de la Luz.
Lucifer está arrepentido,
y su dolor ha causado que Ángeles y Demonios sientan tristeza
asfixiante…
nadie quiere hacer el bien ni el mal.
Su arrepentimiento se esparce como plaga
en un mundo tibio.
Los círculos del infierno se derrumban.
El cielo ya no brilla con las estrellas.
Solo algo podría detener esta acedia eterna:
¡Lucifer, acepta tu luz en medio de tus tinieblas,
de esa manera, el mal y el bien volverán a actuar!
Su llanto le ha causado cicatrices en su rostro querúbico
y sus garras han perdido el filo.
Solo si el Portador de Luz pudiera perdonarse…
Que el eclipse lunar despierte los latidos arrepentidos
Y así el Caído podría aceptar su condición más obvia:
Es más humano que nosotros.
En ese momento, el dolor se detendrá y su corazón podrá descansar.
Las bestias de la tierra y las aves en el firmamento están inquietas:
Sienten pena por aquel que se hace llamar Adversario.
Si tan solo pudiera verse como su antiguo Amo lo ve…