Utilizo un anillo de plata y acero
tan brillante como las estrellas (y pesa más de lo que parece)
que representa mi promesa,
aquella de amor y amistad.
Representa una obscuridad que relaja,
un corazón que ilumina.
El amor y el odio
son solamente distintas promesas que cumplimos.
Con melancolía veo el vasto océano
recordando las promesas rotas, las promesas hechas.
Revivo que me prometieron y lo que prometí
Evoco con padecimiento el amor existente.
Inmortalizo con amor el dolor sufrido.
Una rosa, una carta, un simple susurro…
se volvieron promesas rotas
que el viento secuestra.
Promesas rotas que el tiempo no perdona.
En silencio invoco la protección, una promesa por cumplir.
Aquella promesa llena de esperanza
falsa o real, es esperanza al fin.
Una música lenta
es memoria de las noches solitarias
en las que prometieron estar.
Los suaves pétalos de rosas acarician mi rostro.
Tengo promesas por cumplir.
Deseo valor adquirir.
Obscuridad que abrazar.
Luz que otorgar.
Libertad que acoger.
Tengo un pacto de vida, una
promesa de muerte…
un juramento de amor y fidelidad a mí mismo.
Una oferta de dolor e hipocresía.
Prometí vivir en amor.
Prometí soñar.
Nada más peligroso que una
promesa
en especial si está atada en mi ser con plata y acero
Tremendo poder.
La capacidad de esperar algo con fe.
La facultad de destruir algo por romper una promesa.
¿Fantasías dulces o dolorosas
realidades?
Simplemente promesas en las que
creer…
BYE