Esto lo escribí hace varios años, pero lo que me inspiró sigue presente.
CUANDO
Cuando me levanto por la mañana, y veo toda tu
grandeza me siento feliz.
Cuando veo la tranquilidad en el mar, me siento
relajado.
Cuando siento el viento en mi rostro, me lleno de
energía.
Cuando veo las estrellas pienso en la belleza de tu arte.
Al ver tu rostro me invade la paz.
Cuando conversamos, tú siempre me oyes.
A veces cuando veo pétalos de flores volar por ahí me
da ganas de seguir luchando eternamente por ti.
Tú nos inspiras
y eso lo sé cuando oigo una melodía o leo un poema.
Cada quien su forma de alabarte, esta es la mía.
Cuando veo aparecer
a mis amigos comprendo que son
tus ángeles que siempre me cuidan.
Cuando me alejo de ti siento que muero.
Cuando sueño, sé que es la gota de esperanza que
inyectas en mi corazón.
Cuando veo a mis amigos, los veo como enviados del
bien, aunque en mis ojos solo los vea por un instante.
Cuando me siento abatido, tu corres y me abrazas con
mucha fuerza.
Cuando veo al fuego bailar, comprendo que las pasiones
más puras existen.
Cuando veo a la tierra
florecer, comprendo que eres la
vida.
Al ver los espesos bosques y oler su fragancia,
recuerdo lo que me dan las personas, sé que me aman y ese amor viene de ti.
Cuando veo la sonrisa de un niño, recuerdo que aun
existe inocencia en este mundo.
Cuando cuento las bendiciones que tengo, nunca puedo
terminar de enumerarlas porque cada día aumentan más.
Cuando respiro la frescura en el aire, siento como la
vida me llena.
Cuando estas a mi lado, la soledad deja de existir.
Cuando me iluminas, destruyes toda semilla oscura que
se llega a albergar en mi corazón.
Cuando veo rosas o mariposas, se que toda belleza es
muestra de tu amor.
¿Cuántas veces
he sido testigo de milagros?
No te puedo responder porque han sido infinitos.
Cuando quiero agradecerte, no encuentro más palabras
que “Gracias”.