domingo, 1 de diciembre de 2013

“Ave María Purísima”... “Sin Pecado concebida”.




Ahí viene otra vez ella. Siempre golpeándose el pecho de rodillas ante mí. Me conmovería más si no fuera porque de seguro volvió a tropezar con la misma piedra, eso no me da mucha confianza hacia su acto de contrición…pero si ella es infiel tantas veces, algún problema deberá tener. ¿Me pregunto si su marido sospecha algo? Nah, no es mi problema. Mi trabajo ha sido, es y será siempre dar paz a los espíritus de los visitantes tan solo escuchando (una y otra vez).

Debo admitir que hoy su historia está más interesante que la del mes pasado… ¡Admitió que la carne es débil, pero lo más encantador del relato es el otro infractor: su cuñado. Pensándolo mejor, esta vez sí siento pena por la pobre alma.

Es débil, sí, pero ¿quién puede culparla? Su marido, por lo que he oído, es de lo peor. Trabaja hasta tarde y siempre la trata con desdén. Ella no puede probarlo, pero cree que tiene otros hijos, fuera del matrimonio y con eso de la excomunión, no es muy recomendable el divorcio. Personalmente le aconsejaría tramitar la disolución del matrimonio, pero no estoy seguro que ella escuche y además sin pruebas el Vaticano no puede hacer mucho.
Pobre mujer, la he visto venir llorando. Una ocasión contó que su padre, que en paz descanse, no la trataba de lo mejor. Según ella, su padre siempre le decía que era una inútil. Francamente eso puede destruir la autoestima de cualquier niña. Sin embargo, pienso que su padre sí la amaba a su manera. No es fácil ser viudo y cuidar a un infante y luego a una adolescente sin el apoyo de la esposa.

¡Oh, no! El llanto empeoró. Le digo que se calme, pero no me oye. ¡Si tan solo supiera lo que yo sé! Me han visitado tantas personas a lo largo de los años, hombres y mujeres de distintas edades, con problemas peores, pero ¿cómo decirle eso sin violar el Sagrado Secreto de Confesión?

Tantos años escuchando el saludo: “Ave María Purísima”. Ya me sé la vida de todos en el pueblo: El joven Daniel robó hace dos meses una fuerte suma de dinero en su trabajo para pagar por la hospitalización de su hijo (creo que mintió para cubrir el robo. La ventaja de ser un contador); Esmeralda, tan anciana y cansada, lleva años llevando su barco a dos puertos a la vez: cree en Dios, eso no lo dudo, pero también le pone fe a la brujería y los horóscopos; pobre Andrea, tan joven y con tanto potencial desperdiciado, se prostituyó una vez para alimentar a su madre enferma y ahora no puede salir del espiral de lujuria. Su madre piensa que da clases particulares de baile.

¡Con todo lo que oigo podría escribir una novela o al menos las más detalladas crónicas! Debo reconocer la creatividad de los parroquianos. Son las mejores mentiras que he escuchado. Creo que son tan buenas porque la misma gente que las dice ya empezó a creerse que son verdad. ¡Qué difícil es reconocer la realidad entre tanta fantasía! ¡Si tan solo las paredes hablaran!

Recibo más visitas los sábados por la noche, aunque no superan a las que recibo todos los domingos. Cientos de personas vienen a visitarme todos los fines de semana, todas ellas buscando la absolución, la paz en la consciencia, el borrón y cuenta nueva y la penitencia que ayudará a que se sientan más tranquilas. Todos quieren comulgar, y no los culpo. Dios es infinitamente misericordioso. Solamente Él nos ama lo suficiente como para perdonarnos.


¿Qué puedo hacer si la gente no aprende de sus errores? Solamente puedo cumplir el rol que me ha tocado en su salvación. Cumpliré con esa responsabilidad con orgullo. Después de todo, nací del noble material: el rey del bosque, el roble más grande y al igual que la madera del Arca me impermeabilizaron para resistir sus lágrimas ácidas y penas amargas. Mi rol como confesionario es muy importante y debo ayudar así a mi Creador mientras mis asociados aconsejan a mis visitantes. Debo reconocer que he trabajado de la mano de varios asociados, todos ellos representantes de Cristo en la tierra. No me quejo y me gusta ver un cambio en estas personas, algo que siempre me dice que no soy solo inmune a las termitas por un tema artístico, mas si un lugar en el que pueden encontrar la paz, aunque sea por un momento, así como el perdón que tan necesario es en este mundo. 




La imagen es de Wikipedia y solo la uso para ilustrar: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:When_was_your_last_confession.jpg