Inspirado por las noticias diarias sobre Bullying presento mi contribución para acabar con este problema social. Escribí la historia Juego de Niños. Advierto que es fuerte, como el Mismo Bullying.
El joven caía al vacío, mientras las memorias
escapaban su mente y su corazón era envuelto por la vacuidad. Alrededor de él,
una interminable escalera circular se alzaba acompañada de fría obscuridad. Todos
los gritos de auxilio eran inútiles, el silencio violaba su voz con cada fonema
que intentaba formar con sus labios.
El tiempo no avanzaba. Al parecer nunca terminaría de caer. El adolescente cerró los ojos, en una muestra de resignación. El miedo ya había desaparecido, solo quedaba el vacío en el alma.
-"Todo se siente más tranquilo"- Pensaba mientras las sombras seguían mitigando dolor en el cuello que Nicolás sintió.
Ya solo quedaba el olvido…entregarse a las tinieblas que corroían el alma juvenil, que lo convertían en lo que tanto le habían hecho sentir: NADA.
El tiempo no avanzaba. Al parecer nunca terminaría de caer. El adolescente cerró los ojos, en una muestra de resignación. El miedo ya había desaparecido, solo quedaba el vacío en el alma.
-"Todo se siente más tranquilo"- Pensaba mientras las sombras seguían mitigando dolor en el cuello que Nicolás sintió.
Ya solo quedaba el olvido…entregarse a las tinieblas que corroían el alma juvenil, que lo convertían en lo que tanto le habían hecho sentir: NADA.
*****
La música rock
sonaba demasiado fuerte a través de la puerta de madera. –“Nicolás, baja
el volumen. ¡Los vecinos se quejarán!”- La voz de la señora Ramírez no
sobrepasaba los decibeles de la canción que se escuchaba en toda la casa.
Subiendo las escaleras, la señora Ramírez decidió
tomar medidas drásticas, pues no recibió respuesta alguna. El cerrojo estaba
puesto desde dentro de la habitación y la música sonaba demasiado fuerte como
para poder tocar la puerta y ser escuchada por quien esté tras ella. Tendría
que usar el duplicado de la llave. “A lo mejor Nicolás se quedó dormido.
¡Pobre, con tantos trabajos en la universidad!”- Pensó la señora Ramírez
mientras buscaba el repuesto de la llave. La música seguía con el volumen alto,
pero no era suficiente. La puerta se abrió y el grito de la señora Ramírez
logró mitigar la tonada pesada proveniente de los parlantes.
*****
“Estimados televidentes, lamentamos decirles que el
cáncer social, el Bullying, ha cobrado otra víctima. Un joven de 18 años,
estudiante de primer ciclo de una universidad local, fue encontrado sin vida
hace unas horas en su cuarto por su madre. Nicolás Ramírez, aparentemente había
decidido quitarse la vida hace bastantes semanas, pero prefirió dejar sus cosas
en orden antes de armarse de valor
para actuar”- el presentador de las noticias de las 11 de la noche narraba con
tono de pesar. –“Se encontró una carta dirigida a su mamá. La señora Ramírez,
viuda hace unos años, tenía a su cargo 3 hijos. Nicolás era quien la apoyaba
más. Aunque no hemos podido conversar con la madre, las autoridades nos han
permitido transmitir el contenido de la carta, para poner en evidencia este
crimen”:
[Mamá, perdóname pero ya no lo soporto más. Estoy harto de escuchar sus
voces en mi cabeza. Sé que soy un inútil sin talento (tantas personas no pueden
estar equivocadas) y tal vez he sido más carga para ti que un apoyo.
Sé que no soy la persona más sociable del planeta y que tengo la
tendencia a esconderme en mi mundo, pero la verdad no sabes cómo duele ver que
todos mis intentos siempre terminen siendo la burla de todos. Mis profesores me ridiculizaban.
¿Recuerdas esa vez que te dije que me lastimé jugando basket? La verdad es que nunca pude ir a las
prácticas. ¡Mamá, los chicos se burlaban de mí en el baño! Ese día me atacaron
entre muchos y me decían marica. Recuerdo que necesité yeso en mi brazo derecho
y yo te dije que me caí pisando la pelota. La verdad es que a uno de los chicos
se le fue la mano y cayó encima de mí cuando otro lo empujó.
Mamá estoy cansado de llorar bajo mis sábanas. No tengo enamorada. Todas
las chicas me subestiman. Creen que lo que dicen los chicos es verdad. ¡Mamá te
juro que no soy marica! Una de ellas me hizo sentir de lo peor. Me citó en el
baño a la salida de las clases hace unas semanas. Me comenzó a besar, mamá. Se
sentía rico. Me bajó los pantalones y los tiró a un lado. Me había excitado.
Antes de que me diera cuenta, varios chicos
y chicas de distintos ciclos entraron. Dos chicos se llevaron mis
pantalones fuera del baño, mientras las chicas reían por mi erección. Según
ellas, al marica se le había parado imaginando que era otro chico. La que me
había besado, comenzó a reír y señalarme. Salí casi desnudo y pude encontrar
mis pantalones tirados cerca a la escalera. ¡Las risas aún las escucho en mi
cabeza!
Mamá, discúlpame. He sido solo una carga para ti. No te he dado motivos
para sentirte orgullosa. ¡No tengo ningún talento! Soy un cobarde, lo sé, pero
ya no quiero seguir… ¡Vivir me duele mucho! No tengo amigos ni con quién
desquitarme.
Estoy harto de actuar como si todo esté bien frente a los profesores,
como si no me molestara sus comentarios sobre mis tareas. Mamá, ¿no te parecía
raro que no trajera amigos?
Diles a mis hermanitos que los quiero mucho, y por eso no quiero que les
falte nada. Ahora ya no tendrás que mantener a un inútil.
Adiós mamá. Dicen que morir no duele. Ojalá sea así, porque ya no quiero
más dolor. Estoy perdiendo mi mente. Este trago amargo no pasa y estuve
esperando que saliera de mi garganta.
Tu hijo Nicolás]
Las letras de la carta fueron enfocadas por la cámara
de televisión.
*****
“Hace tiempo que no sonreía”
“¡Qué feo lo que pasó!”
La universidad estaba llena de esos comentarios en los
pasillos.
“Creo que se nos pasó la mano con las bromas”.
“Pero solo era un juego de niños. No era para que se
mate”.
“¡Qué marica! ¡Quitarse la vida por una cojudez así!…”
Los autores de la broma que coronó la desesperación de
Nicolás hablaban entre ellos, aunque no todos mostraban tanto cinismo.
“No digas eso. Es por mi culpa que no está aquí. Yo
fui quien se burló más”- la chica que había citado a Nicolás en el baño intentó
defender.- “Me voy a ir al infierno.”
“Samantha, ya estás hablando como la cucufata de mi
abuela. Nadie tiene que enterase de esto. La carta no menciona nombres, pero si
no hablamos, no podrán castigar a todos en la universidad. Ya tuve suficiente
con el sermón que nos dieron en la asamblea de ayer.”- quien parecía el líder
del grupo comentó con fastidio.
“¿Sabes? Creo que él tenía la razón en alejarse de
ustedes. No valen la pena”- Samantha se levantó de la mesa en la que estaban
todos comentando en susurros y se retiró del salón. Los demás dijeron que ya se
le pasaría.
Unas semanas después, las autoridades encontraron el
cuerpo desangrado de Samantha. La muchacha en medio de su remordimiento, se
cortó las venas en la misma universidad, pero queriendo redimir un poco su
alma, escribió una carta en la que detalló los nombres de quien habían causado
la muerte tan violenta de Nicolás. Una
frase marcó más que las otras en su carta: “Nicolás, perdóname. No es tan
fácil. Duele mucho. En verdad morir, duele como mierda…”. El papel de la carta
estaba manchado en su sangre. Ella había empezado a escribir la carta mientras
realizaba los cortes. A diferencia de Nicolás, su caligrafía iba desmejorando
mientras la carta se escribía.
****
“Estimados televidentes, la vida es demasiado corta
para preocuparse, dice una canción, pero en verdad es tiempo de tomar acción. Gracias
a la carta encontrada, los 12 alumnos que participaron en la broma, además de
Samantha, no solo fueron expulsados. Están enfrentando un juicio por suicidio
instigado, una de las formas más frías de cometer homicidio. Todos los
profesores están siendo auditados para que no pongan en riesgo la autoestima de
los alumnos, sin embargo, es solo un paso pequeño contra el Bullying.
“Hay miles de “Nicolás” escondidos en sus cuartos
escuchando música fuerte. Hay muchas “Samanthas” que no tienen autoestima
suficiente para decir no al grupo. Evitemos que haya más “Señoras Ramírez”.
Podemos recuperar casi todo en este mundo, menos la vida de un hijo. Recordemos
la desgarradora escena en el funeral del joven Ramírez, cuando el cuerpo
descendía bajo tierra, su madre gritaba al cielo con lágrimas ahogadas “DAME
SOLO 10 SEGUNDOS MÁS PARA ABRAZARLO. ¡ES MI BEBÉ! DIOS, DAME SOLO 10 SEGUNDOS
MÁS PARA MIRAR SU ROSTRO”. Por favor, si ven que su hijo ya no es el de antes,
que ya no sonríe como antes, que muestra más violencia de la normal o se
esconden en sus emociones, tomen acción inmediata. Puede que sea víctima de
este juego de niños mortal, el Bullying.
Eso es todo en la edición de hoy. Informó para ustedes, Gabriel Portapacchi”.